Nsue, Iriney, Generelo y Alfaro celebran un gol durante un partido de la presente temporada.

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En los últimos veinte años, el Mallorca ha conquistado títulos; ha disputado finales; ha desfilado por la pasarela de la Champions League y se ha codeado con la elite del fútbol continental. Eran días de vino y rosas para un club que recuerda con lágrimas en los ojos su lustroso pasado y que esta tarde pone en juego su destino con su particular partido del siglo. Serán noventa minutos que marcarán su futuro. Su historia. Quizás su continuidad como entidad... Después de una pesadilla de 40 jornadas, el grupo isleño recibe hoy a Las Palmas mirando de reojo al abismo. Es ganar o ganar para un conjunto fabricado para ascender y que lucha ahora para no caer a Segunda B, una circunstancia que pondría en serio peligro la supervivencia de un club que agoniza a las puertas de su centenario... (19.00 horas, Son Moix).

Situación límite

El umbral del infierno espera a la vuelta de la esquina de un encuentro terminal. Sin red. El mallorquinismo ha optado por guardarse las uñas. Es momento de hacer piña para evitar la hecatombe. Después, al filo de las nueve menos cuarto de la noche, ya habrá tiempo para expresar los sentimientos. La sentencia es de Javier Olaizola, un técnico sin experiencia en el banquillo pero con un master como bermellón.

Apelando al efecto del entrenador vasco -que se estrena en Son Moix- y con el objetivo de crear la atmósfera adecuada, el Mallorca ha optado por una política de puertas abiertas -ha regalado una cantidad ingente de entradas- que provocarán un ficticio lleno en el estadio, que despedirá a su equipo en la presente temporada...Al menos de momento.

El equipo isleño debe resurgir de sus cenizas y dar un golpe encima de la mesa después de nueve jornadas en el fango. No alza los brazos desde el pasado 23 de marzo (1-2 en Valdevebas) y apenas ha arañado 4 de los últimos 27 puntos. Sin embargo, el valor del empate obtenido en Girona, en el debut de Olaizola, tuvo un efecto multiplicador por la mejoría del bloque, sobre todo desde el punto de vista ofensivo, y por los tropiezos de los rivales. Y es que la jornada dejó al Mallorca en la rampa de la salvación. De hecho, hoy mismo podría certificar la permanencia si tumba a Las Palmas y sus enemigos directos (Castilla, Girona y Deportivo Alavés) no ganan.

El equipo llega a la cita con algunas cicatrices. Antonio López no entró en la lista por unas molestias, una baja que Olaizola podría taponar con Bigas, ocupando Agus la pareja defensiva junto a Nunes. El resto del once será un calco del que igualó en Montilivi, con los veteranos al frente y los novatos Brandon y Sergio Cortés en la recámara.

Las Palmas llegó en medio de una tempestad -Josico sustituyó el lunes al destituido Sergio Lobera-, con cambio de sistema y la intención de mantener esa tercera plaza que le dé ventaja en el playoff de ascenso.