PALMA - REAL MALLORCA - ENTREVISTA A UTZ CLAASSEN, CONSEJERO DEL REAL MALLORCA. | Jaume Morey

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Utz Claassen califica de «inteligente» la postura tomada por los futbolistas de aceptar su prima de 100.000 euros y cederla a los empleados porque de esta forma «ellos demuestran su sensibilidad con los trabajadores». El aleman, en una entrevista concedida a Ultima Hora,explica el por qué de esa iniciativa y las intenciones que perseguía.

—¿Qué opinión le merece que los futbolistas entreguen a los trabajadores del club la prima que usted ofrece de 100.000 euros en caso de lograr la permanencia?
—Su reacción es lo mejor que puede haber pasado porque los jugadores han aceptado la oferta y han decidido que los que deberían beneficiarse de ella son los empleados, que están en situación muy difícil. Los trabajadores han sido muy maltratados como todos sabemos y han llegado a sufrir temiendo por el pago de sus salarios, porque como todo el mundo sabe este club tiene a un presidente que hasta en dos ocasiones ha votado en contra de los pagos mensuales incluso los salarios.

—¿Cómo califica la actuación de la plantilla?
—Solo puedo decir que estoy muy feliz de tener jugadores inteligentes. Tienen razón cuando dicen que no hay mejor prima que mantener la categoría y cuando apuntan que la verdadera prima es salvarse y no manchar su currículum eso es muy bueno y tienen razón cuando ven que los empleados con sus salarios limitados necesitan más apoyo económico que ellos.

—Los futbolistas aseguran que no necesitan de ninguna prima para luchar por la permanencia.
—Está muy bien. Es positivo crear esa sensación y transmitirla. Lo que necesitamos es lucha, pasión, dedicación, actitud, profesionalidad y sobre todo orgullo y también soy muy feliz cuando veo que ahora los jugadores se refieren y apelan al orgullo y a la profesionalidad del equipo para superar esta situación difícil.

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—Incluso da la sensación de que se han sentido casi heridos por su iniciativa.
—Estas declaraciones también me alegran porque el orgullo, la pasión y la emoción no podemos sustituirla con dinero, pero la mera discusión ya prueba que mi iniciativa ha servido para algo y he alcanzado mi objetivo que es generar una reacción, un revulsivo, un impulso. Nunca ha sido mi idea sustituir el orgullo, la pasión por el escudo, el amor a la camiseta y a la afición, por dinero, todo lo contrario, he querido dar un elemento de motivación adicional. En un mundo donde algunos se centran en reclamar los costes de sus taxis, –en clara alusión al presidente Cerdà– poner 100.000 euros de mi bosillo es tangible y visible y ha dado un impulso. También sé perfectamente que a nuestros jugadores, el orgullo por no bajar vale más que una prima. He querido con este gesto y este sacrificio personal tratar de crear una reacción. Ellos tienen una responsabilidad con el club, con la afición y con los empleados. Es un resultado muy bueno. Estoy seguro que se sienten absolutamente responsables de sumar los puntos necesarios y convencidísimo de que el sábado vamos a ver un equipo con una actitud luchadora, profesional y pasional.

—¿Ha tomado usted la iniciativa ante la pasividad del club?
—Normalmente en esta situación el club como institución debería hablar a la plantilla, pero ¿como puede motivar a la plantilla un presidente que come con la directiva de equipos visitantes para salir después antes de los partidos? ¿Cómo puede motivar un vicepresidente que ha dimitido como director deportivo después de un fracaso en su planificación?

¿Se puede calificar de ‘populista’ su iniciativa?
—Mi interés no es político ni mediático. Mi interés es cambiar cosas, mejorar, dar estímulos.

—La cifra de 100.000 euros para un equipo profesional puede haberse quedado corta
—Los que critican que esta cifra no es suficiente, serían bienvenidos cien mil más por su parte. Serían bienvenidos 100.000 del presidente y del vicepresidente para dar más solidez a la iniciativa. Si los que dan son más que los que toman, siempre es mejor.

—¿Pesará la responsabilidad en la plantilla?
—Ni lo quiero ni es mi intención. Que luchen, que lo den todo. Ellos han sido víctimas de una ruleta rusa de subir o morir. Eso no ha sido bueno.