Lluís Carreras da instrucciones a sus jugadores poco antes de suspender la sesión del martes.

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La mecha que ha encendido Carreras en Son Bibiloni lleva dos días ardiendo. El órdago lanzado por el técnico, que decidió finalizar antes de tiempo la sesión de entrenamiento del martes al apreciar falta de intensidad en algunos ejercicios, levantó una gran polvareda en el vestuario del Mallorca, que además de no aprobar la agresiva medida del entrenador, ya le ha expuesto al director deportivo, Toni Prats, su malestar por lo sucedido. El grupo, que se pronunciaba a través de los capitanes, se siente utilizado y considera que se trata de un gesto fuera de lugar porque entiende que en el momento de la suspensión su grado de implicación era el correcto. A la espera de ver cómo influye esta nueva erupción en uno de los encuentros más decisivos de la temporada, también el consejo de administración podría reunirse el próximo lunes para valorar el rendimiento del equipo y, posiblemente, tomar alguna decisión al respecto. Y en plena tormenta, cada vez retumba con más fuerza el nombre de Olaizola, por el que Llorenç Serra Ferrer parece haber reforzado su apuesta pensando en un posible golpe de efecto de cara a las jornadas definitivas...

Pese a los mensajes de tranquilidad que parten de la sala de prensa, Carreras recorre el tramo peor iluminado de su camino como entrenador mallorquinista. En poco menos de dos meses, el de Sant Pol no ha podido mejorar los malos números del equipo y se ha visto forzado a buscar una reacción en el grupo que, a simple vista, tampoco ha ampliado las perspectivas. Los jugadores, que seguramente esperaban otro tipo de comportamiento por parte del técnico, tienen la sensación de haber quedado totalmente expuestos ante la opinión pública y así se lo hicieron saber a Toni Prats, que a su vez les reclamó más unión y tranquilidad para dejar atrás la crisis, espantar los fantasmas que hay a las puertas de la caseta y evitar un cierre de curso plagado de socavones.

Ante eso, parece claro que la final de Mendizorroza va a ser determinante. Si el golpe sobre la mesa del técnico se refleja en el campo y el Mallorca factura un buen resultado en el equipaje se abrirá un claro entre las nubes. Pero en el caso contrario, es probable que a Carreras no le queden alternativas de las que echar mano o, incluso, que el consejo de administración, a través de Serra Ferrer y la dirección deportiva, valore el segundo relevo de la temporada en la dirección técnica tras la destitución de José Luis Oltra del pasado mes de febrero.

Alternativa

Si la situación del Mallorca continúa ensuciándose y el equipo encara la meta con la obligación de pujar por la permanencia, todo hace indicar que la responsabilidad final recaería sobre Javier Olaizola, que ya fue vinculado al banquillo rojinegro como posible ayudante de Carreras con la marcha del anterior entrenador. Finalmente, el exfutbolista vasco quedó a la espera de una nueva oportunidad que le podría llegar antes de lo previsto si el equipo vuelve a airear su peor cara el sábado, sobre el tapete de Mendizorroza. Hasta el momento, Serra Ferrer se siente decepcionado con el rendimiento de la escuadra en este último sector de la competición y entiende que el Mallorca carece de carácter con el preparador actual, así que si el lunes se reúne el consejo para abordar la situación deportiva ése puede ser uno de los puntos calientes de la reunión.