Marco Asensio trata de superar a Burgui, durante el partido. | Eduardo Candel

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Real Madrid Castilla 1 - 2 Real Mallorca

Real Madrid Castilla: Pacheco; Quini, Llorente, Cabrera, Noblejas; Mascarell, Aguza (Torró, min.74), Lucas, Burgui (Jaime, min.67); José Rodríguez (Sobrino, min.83) y Willian José.

Mallorca: Miño; Nsue, Ximo, Agus, Kevin; Alfaro (Geijo, min.57), Thomas, Generelo, Riverola (Hemed, min.57); Marco Asensio y Gerard Moreno (Razzagui, min.72).

Goles: 1-0, min.58: Lucas. 1-1, min.83: Hemed. 1-2, min.88: Thomas.

Árbitro: Santos Pargaña (Colegio andaluz). Amonestó a Marco Asensio (min.21), Aguza (min.37), Mascarell (min.39), Generelo (min.45), José Rodríguez (min.52), Kevin (min.92). Mostró roja directa a Willian José (min.15).

Rubén Miño sostiene al Mallorca en la lucha por el ascenso. En un final taquicárdico, el grupo balear logró una victoria de oro en Valdebebas gracias a un penalti despejado por su portero en el descuento de un encuentro agitado, con dos goles y una pena máxima en los siete últimos minutos. El conjunto bermellón pasó del tormento al éxtasis en un epílogo de locura, al que llegó en desventaja y que logró remontar en dos chispazos. La parada de Miño oculta ochenta minutos de desidia rojilla ante un Real Madrid Castilla que se quedó con diez al cuarto de hora y que rozó la proeza (1-2).

Carreras copió la pizarra del duelo ante el Tenerife. Cuestión de extender confianza por el grupo. El Mallorca nació dormido. Agazapado atrás, a la espera de cazar alguna contra ante un Castilla que vivía de su banda derecha. Por allí, Lucas montó una tienda de campaña en las narices de Kevin, que tragó saliva durante toda la tarde. Precisamente tras una jugada del ‘7’ blanco, Willian dio el primer susto con un latigazo de rozó el poste. Del grupo balear apenas hubo noticias. Sin presión ni garra, se pasó el primer cuarto de hora a merced de su enemigo. Alguna aparición aislada de Marco Asensio, que volvió a arrancar en la derecha y poco más.

Tarjeta roja

La tarde transcurría entre bostezos cuando a Santos Pargaña le dio por calentar el duelo. Una entrada de Agus a Willian acabó con el central sangrando por la nariz y el brasileño en la ducha con una roja. Era el minuto 14. El amanecer del duelo parecía despejado para el Mallorca, pero resultó todo lo contrario. El grupo isleño se enredó en la incomprensión. Lento en las transiciones y eligiendo mal en cada acción, se acomodó tanto en el partido que acabó por dormirse. Ni Generelo robaba, ni Thomas llegaba ni Riverola era capaz de establecer diálogos con sus compañeros. En las bandas, Alfaro y Marco no daban ni una y arriba Gerard era un islote. El Castilla hizo más méritos para adelantarse. Sobre todo con un disparo de Burgui, tras una acción del omnipresente Lucas, que rechazó Miño. Del Mallorca, un disparo de Gerard a las manos de Pacheco. Nada más.

El descanso no alteró las coordenadas de la cita. El Castilla siguió a lo suyo, al ataque. Pese a jugar con diez, miró con criterio a Miño. En un minuto, el encuentro se dio la vuelta. De un gol anulado a Gerard se pasó al tanto de Lucas, tras un rechace del poste. Carreras, que acababa de meter en el campo a toda su artillería (Hemed y Geijo), no se lo podía creer. Y pudo machacar el Castilla en alguna contra. De repente, el encuentro enloqueció. Marco Asensio colgó un balón, Pacheco encogió los puños y Hemed metió la pierna para sellar el empate. Fue como el pinchazo que necesitaba el Mallorca para volver a creer. Apenas cinco minutos después, en el 88, Thomas sacó a paseo su diestra para dibujar un chut a la escuadra. Increíble, pero cierto. La escuadra balear, que había jugado con fuego, llegaba al minuto 90 con los brazos en alto. Pero Kevin frenó la euforia al cometer penalti sobre Lucas. Mascarell situó el balón y Miño, que en Zaragoza salvó un punto, agrandó su leyenda desde los once metros al rechazar con el pie y provocar la mayor alegría de la temporada.