Iriney, en un reciente partido. | Eduardo Candel Reviejo/LOF

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Iriney pide clemencia, clama por su inocencia y niega en redondo que insultara al asistente en el partido que el Mallorca jugó el pasado domingo contra el Barcelona B y que le valió la expulsión poco antes de llegar al final del primer tiempo. El acta del encuentro indicaba con rotundidad qué había sucedido en el terreno de juego entre el futbolista y el árbitro asistente. «En el minuto 43 el jugador Santos Da Silva, Iriney fue expulsado por el siguiente motivo: dirigirse a un árbitro asistente, estando el balón en juego, en los siguientes términos: ¡Me cago en tu puta madre!». Esta es la redacción del documento que llevó a cabo el colegiado López Acera y sobre estas líneas los miembros que forman el Comité de Competición van a decidir hoy qué castigo imponen al jugador y que según el reglamento de la RFEF puede alcanzar los cuatro partidos de sanción.

El futbolista compareció ayer ante los medios informativos para dejar claro que es inocente, que esta situación es para él muy difícil porque se le va a juzgar en relación a unos hechos que, según el deportista, «no son reales». «Esto que ha ocurrido te hunde, te mata y los hecho no son reales. Siento impotencia. A mí esto me perjudica directamente y yo hubiera sido incapaz de perjudicar al equipo en las circunstancias en las que nos encontrábamos. Voy a ser juzgado por algo que no hice y es duro ser juzgado por una cosa que no he hecho», insistió el futbolista el Real Mallorca.

Iriney volvió ayer a manifestar que el insulto que refleja el colegiado en el acta del partido no se ajusta a la realidad porque en ningún momento se dirigió al asistente. «Lo que manifesté iba hacia mí, no hacia el ayudante, es algo que te sale por una jugada del partido y que ocurre 300 veces en un encuentro», señaló el futbolista. El centrocampista también apunta que es más «optimista que pesimista, pero no soy objetivo. Que vean las imágenes y verán que no ocurrió como dicen», concluyó Iriney.