El jugador del Real Mallorca, Emilio Nsue, pugna por el balón con el futbolista del Mirandés Koikili.

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CD Mirandés 0 - 0 Real Mallorca

CD Mirandés: Prieto; Flaño, Caneda, Corral, Koikili; Iván Agustín; Iriome (Igor Martínez, min.60), Mújika (Goiria, min.72), Muneta (Garmendia, min.58), Pablo Infante; Díaz de Cerio.

Real Mallorca: Aouate; Ximo, Cadamuro, Agus, Kevin; Generelo, Iriney (Moreno, min.83); Nsue, Alfaro, Marco (Geijo, min.60); Gerard (Tomer, min.78).

Árbitro: González Fuertes (Asturias) mostró tarjeta amarilla a los jugadores locales Goiria, Pablo Infante y Flaño y a los visitantes Cadamuro, Alfaro y Ximo.

Entregado, con los brazos caídos y una sensación de impotencia impropia de un aspirante al ascenso a Primera. Es la postal que deja el paso del Mallorca por Miranda de Ebro. Al equipo isleño, en otra función para arrojar a la papelera, ya se le puede quitar el cartel de favorito porque ni lo merece ni se lo cree. Va perdiendo altura semana tras semana. Falto de casta, de garra, de calidad, de concentración y de ambición —salió a no perder—, el grupo balear obtuvo un punto estéril en Anduva que no sirve para nada y que empuja a José Luis Oltra un poco más cerca del precipicio. (0-0)

El entrenador modificó su pizarra para rescatar del ostracismo a Aouate y Agus, olvidados durante una porción notable del curso y que regresaron al pasto. En un partido de fútbol etrusco, de juego pétreo, era cuestión de rellenar el equipo de músculo y experiencia. El partido arrancó con el guión previsto. El Mirandés, que abría la tarde en las cloacas, le echó casta para satisfacción de Anduva. La atmósfera que desprende este escenario es diferente a cualquier otro de la categoría. Con el público en el cogote de los jugadores, hay que fajarse con el cuchillo entre los dientes en cada acción. Aquí las florituras no sirven para nada.

El conjunto burgalés lo rifó todo a la calidad de sus bandas y a exprimir cada acción a balón parado. Iriome y Pablo Infante desquiciaban a Kevin y Ximo con sus internadas. El Mallorca, que se limitaba a achicar agua, se estiró en alguna acción aislada y con Marco Asensio al mando de todas las operaciones. Faltó más calidad en el último pase, sobre todo de Iriney y Generelo, para culminar alguna contra. La ocasión más clara fue una falta lejana de Agus que la inseguridad de Prieto hizo más peligrosa.

En el descanso, Oltra pidió una marcha más y el equipo salió dispuesto a tumbar el campo. Lo probó Marco Asensio con un chut que rozó el poste. También Nsue lo intentó sin demasiada fortuna. Con Generelo al mando, el grupo balear se hizo con el balón, aunque a su dominio le faltó profundidad.

En la otra esquina, Carlos Terrazas movió piezas y el Mirandés llegó con más fuerza a los metros finales de la cita. Apoyado en Pablo Infante, que se adueñó de los focos, el conjunto burgalés acorraló a un Mallorca temeroso en los balones aéreos. Los cambios de Oltra (Hemed y Geijo) no modificaron el aspecto de un partido que acabó con la escuadra isleña apretando. Nsue estrelló un disparo en el cuerpo de Koikili y Generelo colgó un balón que acabó en nada y que mantiene a Oltra tiritando.