Roig, a la izquierda, dimite de consejero. Junto a él, Martorell y Pello Amengual, cuando ocupaban la dirección de la Federació de Penyes. Se marcharon por dignidad.

TW
5

La etapa de Pep Roig como consejero del Real Mallorca ha finalizado. Desde hoy es lo que siempre ha sido, un mallorquinista de base más sin ningún tipo de cargo en el actual consejo de administración. Roig ha dimitido en parte impulsado por el deseo de su familia y sus más íntimos amigos, pero también porque se ha llegado a un extremo donde la situación es insostenible. Está harto. Ultima Hora localizó ayer noche al ya exconsejero y este confirmó la noticia en todos sus extremos. «Me voy porque no quiero volver a estar sentado juno a Cerdà y Serra en una misma mesa. Me marcho porque se ha llegado a un límite y estoy harto del maltrato al que someten al club, de la imagen a la que están llevando al Mallorca. Se ha llegado al límite», explicaba. Roig, que proviene de una familia de mallorquinistas de pura cepa –su abuelo ya era socio del Alfonso XIII y la pasión por el club fue pasando de generación en generación– indicó que la gota que colmó el vaso fue ayer mismo cuando supo de la demanda de Cerdà contra un sector de la afición. «Yo soy uno de esos aficionados, yo soy un seguidor de a pie y lo que ha hecho no puedo admitirlo. Cómo puede hacer lo que ha hecho a un sector de la afición, a la Grada Jove. Tanto yo como mis compañeros de la anterior directiva de la Federació de Penyes ya sufrimos la falta de libertad de expresión, sufrimos mucho y ahora estamos otra vez igual. Se acabó. Me marcho», manifestó Pep Roig a este periódico.

El exconsejero, que representaba uno de los votos de Utz Claassen en el consejo de administración, apuntó que bajo ningún concepto quiere estar en una misma mesa con Serra y Cerdà, a los que señaló «como los verdaderos culpables de la crisis deportiva, social e institucional que afecta a nuestro club. Tampoco me olvido de Jaume Cladera, que también ha tenido una gran participación en este descrédito que se ha generado y que no sabemos hasta dónde puede llegar», manifestó Roig. La presión familiar también ha influido y en la conversación que mantuvo ayer noche con esta redacción, hizo también suyas las palabras de Michael Laudrup cuando abandonó el club. «Tenía mucha razón nuestro anterior entrenador cuando dijo que el Mallorca será lo que Serra Ferrer quiera que sea. Acertó de lleno y digo lo mismo», comentó Roig. Él y sus compañeros de la anterior Federació de Penyes fueron los primeros en criticar con dureza a Cerdà hace dos años y decidieron marcharse para no ser partícipes del desastre que se avecinaba.