La afición del Real Mallorca estalló contra la directiva durante y después del partido ante el Hércules disputado en Son Moix. | Carlos Román

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Real Mallorca 0 - 1 Hércules CF

Mallorca: Miño; Ximo (Hemed, min. 55), Cadamuro, Bigas, Antonio López (Álex Moreno, min. 66); Nsue, Generelo, Iriney (Thomas, min. 77), Marcos Asensio; Alfaro y Gerard Moreno.

Hércules: Falcón; Juanma Ortiz, Pamarot, Echaide, Peña; Héctor Yuste, Sissoko; Ferreiro (Assulin, min. 79), Eldin, Sardinero (De Lucas, min. 61); Portillo (Azkorra, min. 77)

Goles: 0-1, min. 29: Eldin.

Árbitro: Pérez Pallas (comité gallego). Amonestó a Alfaro, Juanma Ortíz, Bigas, Marco Asensio.

En el minuto 80, nadie miraba al terreno de juego. En ese momento, mientras los jugadores intentaban maquillar una función vergonzosa, la afición descargaba toda su ira contra el palco. Allí arriba, agazapados, Serra Ferrer y Biel Cerdà soportaban la furia de una hinchada hastiada que ve cómo aquel Mallorca que transitaba por la nobleza del fútbol español hace apenas unos meses, deambula ahora como un cadáver más cerca de hundirse en el pozo de Segunda División B que de regresar a la gloria de Primera. Esta crisis total se puede llevar por delante a José Luis Oltra. La novena derrota del campeonato deja al entrenador sentenciado. Curiosamente, Son Moix estalló contra la directiva y los jugadores, pero no dijo nada sobre la figura de un técnico que se puede caer del precipicio después de medio año sujetado con la punta de los dedos... (0-1).

La tarde que desembocó en el peor incendio de la era Serra amaneció despejada. Oltra removió de nuevo sus piezas -Thomas y Alex Moreno en el banquillo- y el Mallorca arrancó el duelo con buenas sensaciones. Iriney peleaba y Generelo creaba. Por las orillas, Ximo convertía su banda en una autopista y Marco Asensio sembraba incertidumbre con su zurda en la otra banda. De hecho, Alfaro y Ximo pudieron abrir la lata a los cinco minutos.
El Hércules vivía agazapado, aunque tenía veneno en las contras. La calidad de Ferreiro y Eldin y las pifias de la zaga local -en especial de un inseguro Cadamuro- provocaron los primeros sustos.

En el ecuador del primer acto, pudo matar el partido el Mallorca con cuatro ocasiones de oro. En la primera, Marco Asensio dejó en evidencia la velocidad de Ortiz y cedió atrás. Generelo, que llegaba en carrera, remató a las nubes desde el punto de penalti con todo a favor. De inmediato, otro centro de orfebrería de Marco y un golazo de Gerard... que el árbitro invalidó por fuera de juego. El catalán, a la media vuelta, probó los reflejos de Falcón unos segundos más tarde. Y para rematar el carrusel de oportunidades, un córner cerrado y un despeje al larguero de un central visitante.

De repente, la tarde se nubló. El Hércules castigó la indolencia de la defensa del Mallorca con una crueldad extrema. Una buena combinación entre Eldin y Sissoko, ante la pasividad de Cadamuro, acabó con un remate ajustado del primero a las mallas. 0-1, bronca y principio del fin. Ahí acabó el grupo de Oltra, que tardó casi una hora -hasta el minuto 80- en inquietar a Falcón, mientras que el Hércules dispuso de hasta tres ocasiones de lujo (De Lucas en dos ocasiones y Eldin) para firmar el 0-2 y echar el lazo al partido.

El Mallorca lo intentó a la heroica, con centros a la olla, pero sin ningún tipo de argumento. Ni Alex Moreno, ni Hemed ni Thomas -envió a las nubes una gran oportunidad- alteraron el rumbo de un equipo que sigue sumido en el caos más absoluto y que va camino del abismo.