Caricatura de José Luis Oltra, entrenador del Real Mallorca. | MARCELO PINTO

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La mitad del trayecto recorrido y casi todo el trabajo por hacer. El Mallorca doblará el domingo la esquina e iniciará ante el Sabadell su caminata por la segunda parte del campeonato. Y después de consumir toda la primera vuelta sobre la cuerda floja, lo hará con un montón de deudas que saldar. El equipo de José Luis Oltra, uno de los únicos seis que todavía no ha dejado sus huellas sobre el suelo de la zona de ascenso, se adentra en el sector más complejo del curso sin protección y tiene 21 partidos por delante para corregir errores, tirar abajo la pared del playoff y abrirse paso, aunque sea a codazos, entre los candidatos a dar el gran salto.

PÉSIMO DESPERTAR
Su complicado arranque de liga le ha obligado a caminar a remolque

Marcado por un inicio de curso lamentable, el Mallorca ha tenido que desplazarse casi siempre con un fuerte viento en contra. Su estreno del pasado 18 de agosto ante ese mismo rival que le pondrá el termómetro este fin de semana (domingo, Son Moix, 17.00 horas) desembocó en una inyección de realidad que se alargó durante las jornadas posteriores, en las que el equipo permaneció anclado al suelo de la clasificación. Después de ese inicio desolador, la escuadra rojilla solo podía ir a más y aunque volvió a sufrir otro pequeño desmayo a raíz de su visita a Huelva —en cuatro partidos solo sumó dos empates en casa ante Lugo y Ponferradina— volvió a remontar el vuelo, pero siempre sin llegar a explotar del todo. De hecho, las seis veces que ha tenido la posibilidad de romper el hielo se ha defendido con balas de fogueo.

ALTURA MÁXIMA
Hasta ahora el equipo balear ha fijado su techo en la séptima plaza del campeonato

La carga psicológica más pesada que ha tenido que soportar hasta el momento el Mallorca apunta precisamente a esa incapacidad para abrir la ventana del sexto puesto. Aunque ha podido situarse mucho más arriba en un puñado de ocasiones, el cuadro rojillo ha establecido su techo en la séptima posición y aún no sabe lo que significa recorrer los pasillos de la zona roja de la tabla. En un campeonato especialmente igualado y comprimido, el conjunto bermellón es el único de los candidatos a subir a Primera que todavía no se ha asomado a la parte alta. Junto a él en ese apartado solo conviven Hércules, Tenerife, Jaén, Alavés y Real Madrid Castilla, ya que el resto ha pasado al menos una vez por la Tierra Prometida. Su ejemplo contrasta con el de otros aspirantes, que han hecho de la azotea del torneo su entorno habitual. Sobre todo el Recreativo, que pese a circular cuesta abajo solo ha cedido dos semanas su asiento entre los mejores. Además, ha estado casi siempre en los puestos de ascenso directo y ha sido en una decena de ocasiones el líder de la categoría.

DUELOS DIRECTOS
La escuadra bermellona está forzada a imponer su rango

Más allá de esas dificultades para penetrar en la franja caliente de la clasificación, el principal obstáculo que deberá superar el Mallorca para completar en junio su particular operación retorno tiene que ver con los enfrentamientos directos. Ahí el equipo ha sido devorado por un agujero negro y entre las ocho víctimas que amontona, solo una de ellas (Eibar) anda enfrascada en el vagón de cabeza. El resto, en la mayoría de los casos, le ha pasado por encima. Eso supone un riesgo especialmente notable, ya que el balance en los duelos directos puede resultar fundamental a la hora de diluir posibles empates a la hora de la verdad. A su vez, Oltra tiene que tratar de invertir el balance goleador del equipo. Porque pese a contar con el ataque más demoledor de toda la Segunda División, las carencias en otros puntos del campo le convierten también en una de las formaciones más vulnerables.