Pep Lluís Martí. | Teresa Ayuga

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Son Moix acogerá el domingo a dos futbolistas protegidos. De esos que deben servir como ejemplo de profesionalidad. Dos tipos que ya daban patadas a un balón cuando algunos de sus compañeros de vestuario apenas gateaban y que vivieron el cambio de siglo sobre el césped. Son Txomin Nagore (39 años) y Pep Lluís Martí (38 años), los abuelos de la Segunda División.

El centrocampista del Mirandés, que militó en aquel Mallorca dirigido por Luis Aragonés hace ahora una década, es el jugador más veterano de la categoría. El pivote palmesano ocupa el podio en esta categoría por detrás del propio Nagore y de José María Movilla, hoy en las filas del Zaragoza, que cumplió los 38 años dos meses antes que el jugador del Mallorca.

Tanto Nagore como Martí divisan los 40 en plena forma. De hecho, ambos se presumen titulares en el encuentro del próximo domingo. Pieza básica en el Numancia durante las seis últimas temporadas, Nagore ha firmado este verano con el Mirandés, donde imparte lecciones cada semana. Martí reapareció el último partido, después de algunas jornadas ausente por lesión, y su jerarquía se notó sobre el José Rico Pérez de Alicante.

La regularidad ha marcado la carrera de ambos jugadores. Martí, que debutó con el primer equipo del Mallorca en la campaña 1999-00, alcanzó el éxito con la camiseta del Sevilla (2 UEFA, 1 Copa del Rey, 1 Supercopa de España y otra de Europa) antes de regresar a la Isla. Desde entonces -suma ahora su sexta campaña seguida- se ha convertido en un pilar básico y año tras año se ha ganado a pulso la renovación. Acumula más de 450 partidos entre Primera y Segunda.
Nagore, que debutó en la élite con Osasuna, no ha alzado ningún título pero puede presumir de su paso por el Athletic Club, Atlético de Madrid, Mallorca, Celta, Levante y Numancia. Acumula más de 500 partidos. El domingo, Son Moix citará a dos clásicos.