Aficionados del Mallorca hacen cola para sacar el bono de temporada. | Jaume Morey

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El mallorquinismo se niega a dejar solo al equipo en su regreso al infierno de la Segunda División. Con el inicio de campeonato a la vuelta de la esquina y el nuevo proyecto de Oltra a punto de desprecintarse, el club cuenta ya con más 7.000 abonados. Además, coincidiendo con la apertura del plazo destinado a las nuevas altas, las oficinas de Son Moix registraron ayer un aspecto poco habitual y se formaron grandes colas entre los aficionados que pretendían solicitar sus carnets para el curso que viene.


Aunque por el momento las cifras están aún muy lejos de los objetivos marcados desde el propio Mallorca (se fijó el reto de llegar a los 18.000 abonados), los responsables del club son optimistas y confían en que a medida que se acerque el inicio de la competición se vayan enganchando nuevos aficionados al proyecto y en que las promociones puestas en marcha acaban dando resultados. El club redujo de forma importante los precios tras el descenso y espera que la campaña destapada a principios de julio le permita afrontar una campaña muy complicada bien arropado desde la grada.