Utz Claassen dialoga con Gabriel Cerdà, ayer, en Son Moix. g Foto: J.MOREY

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El Mallorca prevé ingresar unos diez millones de euros por la venta de futbolistas, según se informó en la reunión del consejo de administración celebrada ayer en el estadio de Son Moix. Esa es la cantidad ideal para equilibrar el presupuesto y afrontar con cierta liquidez el próximo curso 2013-2014 en Segunda División.

El súper jueves desembocó sin ninguna decisión aparentemente de renombre, aunque sí con algunos hechos cuando menos extraños. A primera hora, el Mallorca del pasado y del presente se reunió en la sala de trofeos para conmemorar el décimo aniversario de la conquista de la Copa del Rey. Al mediodía, se dio el pistoletazo a la reunión del consejo, el primero que se celebra desde el descenso a Segunda División hace ahora un mes. Y, a continuación, tuvo lugar la Junta General de Accionistas, en la que se aprobó el nombramiento del auditor de cuentas.

A ninguno de estos actos acudió Miquel Coca, el exasesor jurídico de la entidad balear. Pero no sólo no se presentó, sino que no delegó su voto en nadie, ni siquiera en Llorenç Serra Ferrer, una circunstancia extraña que evidencia las relaciones que mantiene con algunos miembros del consejo.

Al término de ambas reuniones, el consejero y accionista alemán Utz Claassen lanzó algún dardo a Serra Ferrer. «Espero que no sea tarde para aprender. Todo el mundo sabe que hay opiniones diferentes en el seno del consejo. Si tienes mala suerte una vez, es normal. Dos veces es muy mala suerte, pero es posible. Si tienes mala suerte tres veces, normalmente hay unas causas que debemos analizar».

También reconoció haberse sentido molesto por la forma de contratar a José Luis Oltra, de cuyo fichaje se enteró por la prensa: «No me gustó el proceso. Un día hemos negociado con Manzano, otro con Herrera y el tercero con Oltra, tres entrenador con un perfil muy diferente. Pero repito que no tengo nada en contra de nuestro entrenador», apuntó.