Gregorio Manzano, ayer, en las oficinas del estadio de Son Moix, después de su reunión con Llorenç Serra Ferrer.

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Cuatro días después del descenso a Segunda División, el Mallorca se ha convertido en el camarote de los hermanos Marx. En una pasarela por la que desfilan jugadores para conocer su destino antes de irse de vacaciones, en plan fila india . Y un entrenador que está retrasando su despedida por si recibe una propuesta «interesante» de renovación para liderar el proyecto de ascenso, una circunstancia que aún no se ha producido. Y que quizás no se produzca...

Con todo este cóctel, la imagen que desprende la entidad es que todo parece cogido con alfileres. No hay ninguna propuesta. Ni una hoja de ruta trazada. A menos de cinco semanas para prender la mecha de la próxima pretemporada, no hay nada claro. No hay presidente -Serra ocupa el cargo en funciones-, no hay entrenador y aún no se sabe la base de la futura plantilla...

Llorenç Serra Ferrer y Gregorio Manzano volvieron a verse las caras. Primero, el entrenador de Bailén se reunió con su cuerpo técnico. Después, al filo de las doce del mediodía, subieron al despacho del máximo accionista. Una hora y media después, con un semblante serio, el preparador jienense atendió a los medios para explicar cómo había transcurrido su segunda toma de contacto con Serra.

«No hemos avanzado demasiado porque el club aún debe diseñar la hoja de ruta tras el descenso a Segunda División», indicó Manzano. Preguntado sobre si Serra Ferrer le ha propuesto la renovación, señaló: «La idea de Lorenzo va por esta línea, pero quizás otras personas del consejo piensen de otra manera. Es por elo que el Mallorca tiene que consensuar estas cuestiones a nivel de consejo. No somos las dos únicas partes que podemos decidir en este sentido».

Para el técnico de Bailén, el tema económico «no será ningún obstáculo para seguir trabajando aquí» y antepone cualquier decisión al proyecto deportivo que le pueda presentar Serra Ferrer: «Primero, el club debe trazar una hoja de ruta con el objetivo de volver a la máxima categoría lo antes posible. Si ese plan es positivo y estamos todos de acuerdo, sería una posibilidad», apuntó.

Para el entrenador, esta situación no debe enquistarse y en un plazo de 48 horas, el futuro de Gregorio Manzano debería decidirse: «Hay que hacer las cosas bien para evitar sorpresas porque subir no será fácil. Los responsables del club están para tomar las decisiones adecuadas y para elegir al entrenador y a la plantilla que ellos consideren la más adecuada para volver a Primera».

Manzano negó que haya dibujado una lista de altas y bajas aunque «he opinado futbolísticamente, pero nada más porque oficialmente no tengo nada que decir».

Para el jienense, si finalmente asume las riendas del equipo isleño en Segunda, volver a Primera sería un reto: «Los profesionales tenemos un amor propio para intentar reestablecer algo que se ha perdido, que se quiere y que, en mi caso, forma parte de mi vida. Ya asumí el riesgo de intentar sacar al equipo de esa situación y ahora estaría en la línea de poder retornar al equipo a Primera».

Finalmente, señaló que ahora Serra Ferrer «deberá hablar con mi agente para presentarle la hoja de ruta y, a partir de ahí, analizar las cosas».

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