Tomer Hemed y Pedro Geromel celebran uno de los goles que el Mallorca consiguió marcar en La Romareda. | Efe

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El Mallorca vuelve a jugarse la vida a cara o cruz y lo hace en un escenario poco propicio para la épica como el Manzanares, pero donde hoy no queda más remedio que jugárselo todo a la ruleta rusa. Los de Manzano tienen que ganar al Atlético (20:00 horas, Vicente Calderón) porque de esta forma tendrán la posibilidad de mantener las constantes vitales hasta el último encuentro de Liga frente al Valladolid la próxima semana. Eso sí, también debe esperar a conocer qué hacen Deportivo y Osasuna, que no deben ganar para que el Mallorca pueda seguir en la máxima categoría. Si ganan, el Mallorca baja.

Por lo tanto, para poder alimentar el sueño de la permenancia es imprescindible vencer y esperar a ver qué hacen los rivales que están metidos junto a los baleares en pleno vagón de cola. Perder es bajar al infierno de Segunda y si bien las posibilidades de los baleares son muy pocas antes de que arranque el partido, estas aumentarían considerablemente en caso de sumar los tres puntos.

Imprevisible
Todo es posible esta tarde en noventa minutos, desde ver cómo el equipo dilapida 16 años de permanencia en Primera hasta aumentar las opciones de mantenerse en la denominada mejor Liga del mundo. Por eso partidos como el de esta tarde tienen un componente de imprevisibilidad que no se da en choques durante el resto de campeonato. Juegan muchos factores más allá de la suerte y es imprescindible manejar la ansiedad, evitar que los nervios dominen sobre la cabeza y saber cuándo hay que apretar y cuándo es preferible no hacerlo.

Todo se complica cuando el rival es un grande y si bien el Atlético ha finiquitado ya la temporada con la consecución del título de Copa, difícilmente saldrá a entregar el partido. No lo harán, otra cosa es hasta qué punto el choque de esta tarde frente a los baleares está situado en lugar preferencial en la lista de prioridades de los futbolistas rojiblancos. Ahí puede estar el partido. Para el Mallorca es una final y así lo afrontarán los hombres de Manzano. Para los de Simeone es echar el cerrojo en su estadio ante su afición y eso no tiene ni de lejos el componente de motivación como sí tiene el Mallorca. El pasado lunes salvó la primera ‘bola de partido’ y se impuso al Betis, lo que le dio opciones a llegar con vida al Calderón. Hoy quiere repetir, salvar la segunda y esperar a la última jornada de Liga. El Mallorca desprende ‘ímputs’ positivos como el buen momento de Gio y Hemed, la recuperación de Bigas, el instante de gracia de Geromel y Hutton, la solvencia del ‘trivote’...en definitiva, el equipo por fin ha logrado dar lustro al engranaje y el grupo sabe a qué juega y tiene un plan. Posiblemente ha llegado tarde esta reacción, pero de momento hay vida y ahora de lo que se trata de mantener la esperanza. Hasta el final.