El presidente en funciones del RCD Mallorca, Llorenç Serra Ferrer. | J. TORRES

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El Mallorca anunció ayer en un comunicado el pacto alcanzado con el G-30 para abandonar la vía judicial, aunque no explicó los términos del acuerdo según el cual el grupo retira la demanda que amenazaba el futuro económico de la entidad. Es una gran noticia para el club isleño desde el punto de vista económico, aunque de momento se desconoce el grueso del convenio firmado ayer en Madrid. Las negociaciones, por parte del Mallorca, han sido lideradas personalmente por Gabriel Cerdà, uno de los apoderados.

Fuentes próximas a la negociación aseguraron ayer a este diario que Javier Tebas, vicepresidente de la Liga de Fútbol Profesional -en dos semanas podría acceder a la presidencia del organismo- y representante legal del G-30, había puesto sobre la mesa cuatro condiciones para acceder a la petición de la solicitud de la SAD balear de retirar la demanda. Esas exigencias pasaban por reincorporarse al grupo, que engloba a los clubes más modestos en la negociación colectiva de los derechos televisivos; pedir disculpas al resto de los clubes que forman parte; poner el contrato firmado el pasado verano con Prisa TV (antigua Sogecable) en el G-30 y devolver los 3'6 millones de euros del préstamo que en su día recibió de Mediapro, su anterior propietario de los derechos, y que el club negó haber solicitado en numerosas ocasiones.

Aunque no se han desvelado los detalles del acuerdo, es probable que el club balear devuelva esa cantidad a razón de 1'2 millones de euros anuales en los próximos tres años.

Riesgo

Cabe recordar que el cambio de operador por el que apostó el pasado verano el club balear encerró al Mallorca en un laberinto del que ahora parece salir. A mediados de agosto, el órgano de gobierno del club se escudó en una serie de resoluciones judiciales y de la Comisión Nacional de la Competencia sobre la nulidad de los contratos de cesión de los derechos audiovisuales con una duración superior a 3 años para acordar -Utz Claassen votó en contra mientras que Pedro Terrasa y Pep Roig se abstuvieron- desligarse de Mediapro y comunicar «la ineficacia del contrato» que unía a la entidad y a la operadora a partir del 30 de junio de 2012.

Al mismo tiempo, daba luz verde a la firma de un contrato de cesión de derechos audiovisuales con DTS, perteneciente al Grupo Prisa, para las temporadas 2012-2013, 2013-2014 y 2014-2015 «con una contraprestación homologable a la de los clubes de similar categoría».

Sin embargo, solo unos meses después los veintiún equipos de Primera y Segunda División que se aliaron en su momento para defender los derechos audiovisuales de los clubes de forma conjunta, procedía a presentar una demanda contra la entidad isleña en el Tribunal Español de Arbitraje Deportivo (TEAD) en la que le reclamaban 10 millones de euros.

El Mallorca, según anunció en su página web, señala que los clubes renuncian a emprender cualquier futura acción judicial contra la entidad balear en relación a la causa de la demanda. El fin de este litigio alivia la situación, aunque habrá que conocer los términos del acuerdo.