Los jugadores del Mallorca escuchan al técnico durante un entreno. | Teresa Ayuga

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El Mallorca de Gregorio Manzano alza el vuelo entre las tinieblas. Con el futuro del equipo sujeto por un par de alfileres y la victoria como único camino posible, el entrenador jienense desprecinta su tercera etapa al frente del conjunto bermellón coincidiendo, ahora sí, con una función imprescindible para la supervivencia. Del grupo y de la entidad. Atrapado en un venenoso bucle de cifras y sensaciones, el grupo balear recibe en su morada a Osasuna, precisamente el rival que habita al otro lado de las puertas del infierno para marcar el inicio de la zona roja de la clasificación. Sin embargo, acude el cuadro bermellón a un exigente partido contra sí mismo, ya que en el caso de recibir una nueva zancadilla —sólo ha ganado 1 partido de los últimos 17— quedaría atrapado a mucho kilómetros del primer trozo de tierra firme. Y es que, por tópico que parezca, esta vez solo sirve ganar. Nada más (Iberostar Estadi, Canal Plus Liga y GolT, 16.00 horas).

El club de Son Moix ha elegido una jornada marcada a fuego en el calendario para establecer un nuevo punto de partida que, para bien o para mal, huele a definitivo. Después de dar por perdida la batalla que venía librando el equipo con Caparrós al mando de las operaciones, la dirección deportiva ha decidido disparar su última bala encomendándose a uno de los pedazos más controvertidos de su historia. Por eso Manzano, que se largó de la entidad entre reproches y que en su única incursión como forastero fue homenajeado con una bronca estratosférica, volverá a sentarse en el banco local y a marcar las coordenadas de un grupo fracturado, sin alma y a la deriva.

Planes ocultos

De momento, los planes del jienense son una incógnita. Con solo unos días para trabajar y tomarle el pulso a la plantilla, el nuevo técnico bermellón ha incluido en su primera convocatoria a todos los futbolistas disponibles y solo los lesionados Bigas y Arizmendi seguirán el partido desde las gradas. Podrá contar el de Bailén con Giovani dos Santos, que regresaba ayer a la Isla después de recorrer medio mundo tras jugar con México ante Jamaica y tendrá además otros dos argumentos de peso a los que encadenarse en su puesta de largo: Aouate y Javi Márquez. En el caso del primero, vuelve a la acción después de la lesión que le tenía apartado del grupo desde la visita a Cornellà. Mientras tanto, el catalán podrá seguir instalado en la sala de máquinas después de que su injusta expulsión de Anoeta quedara invalidada durante la semana.

Con toda la artillería preparada, Manzano tiene en la mano un extenso abanico de opciones que volcará en tratar de recuperar la pegada del equipo como local. Entre otras cosas, porque la hinchada de Son Moix no celebra un triunfo desde el 23 de septiembre, coincidiendo con la quinta jornada.