El delantero del RCD Mallorca, Víctor Casadesús (i), es presionado por el defensa de la Real Sociedad, Jon Ansotegi, durante un partido. | Efe

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Al Mallorca le espera esta noche un juicio en San Sebastián. Uno de los más importantes a los que se ha sometido en los últimos tiempos, casi con toda seguridad. Lastrado por unos números sonrojantes, aunque con el semblante algo retocado gracias a los efectos del mercado de invierno, el equipo de Caparrós, también en el punto de mira, se asoma a uno de sus encuentros en los que el valor de los puntos resulta especial. Y aunque se trata de sumar, el cuadro balear está obligado a perseguir la victoria para seguir agarrado al tronco de la salvación. Porque si no es así, puede que la grieta empiece a ser demasiado importante (Anoeta, Canal + Liga y GolT, 21.00 horas).

Llega el Mallorca a este punto de la Liga con la lengua fuera y su credibilidad entre interrogantes. Su incapacidad para salir del agujero en el que ha pasado los últimos meses ha dejado tocado al grupo, que a pesar de su mejoría en algún momento puntual no termina de escapar de las brasas. Las cuentas siguen sin salir y su espacio para maniobrar se acorta de forma muy peligrosa. Una dinámica totalmente contaminada que va a provocar que a partir de ahora cada encuentro se convierta en una final. Prácticamente a vida o muerte.

Junto al equipo va examinarse otra vez Joaquín Caparrós, que se ha quedado sin avales. La derrota ante el Málaga, en una cita que parecía definitiva, no ha hecho más que seguir ensuciando el defectuoso trayecto del utrerano, que es consciente de que apenas le quedan un par de balas en el cargador.

No obstante, confía el técnico en que los retoques que ha sufrido el grupo sean suficientes para obtener un balón de oxígeno. Para seguir respirando con cierta normalidad. De hecho, tampoco tiene previsto ahorrarse nada en ese sentido y antes de preparar la maleta para viajar a la capital guipuzcoana compuso una lista de convocados iluminada por la frescura de varios rostros. Es el caso de Hutton y Tissone, que hoy mismo podrían acceder al equipo de inicio. Sin Ximo, que se quedaba en Palma por decisión técnica, el escocés parece fijo en el lateral diestro, con Nsue, su predecesor, situado unos metros por delante. El argentino, mientras tanto, debería aprovecharse de la baja de Pina (sancionado por acumulación de amonestaciones) para instalarse al lado de Javi Márquez. Aunque si Capa no le ve preparado lo más lógico es que sea Martí quien se ponga al volante.

El otro fichaje de invierno que tiene opciones de colarse en la fiesta desde un principio ya estaba en casa. Se trata de Antonio López, al que una lesión en medio de aquella terrorífica plaga había devuelto al anonimato. El alicantino podría formar en el lateral derecho con Luna por delante, lo que dejaría a Víctor y Gio para el ataque. Si, por el contrario, es el propio Luna quien retrasa la posición y ocupa el carril zurdo de la zaga, Dos Santos podría caer a una banda y Hemed dispondría de un hueco en ataque. Y es que, más allá de las bajas (al margen de las mencionadas tampoco han viajado los lesionados Aouate, Arizmendi o Bigas), las combinaciones para el entrenador se han multiplicado. Ahora solo falta saber rentabilizarlas.