Giovani Dos Santos conduce el balón ante tres jugadores del Valladolid. | Ricardo Ordóñez

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Real Valladolid Valladolid 3

R.C.D. Mallorca Mallorca 1

Primera División | Jornada 19 | 12/01/2013 16:00 | Final

Valladolid 3 - 1 Mallorca

Real Valladolid: Dani Hernández; Rukavina, Sereno, Marc Valiente, Balenziaga; Ebert, Rubio, Sastre, Omar (Bueno, min. 70); Óscar y Larsson (Javi Guerra, min. 80).

Mallorca: Aouate; Nsue, Nunes, Geromel (Hemed, 87), Bigas; Arizmendi, Pina, Martí (Fontás, min. 85, Luna (Pereira, min. 56); Dos Santos y Casadesús.

Goles: 1-0, min. 22: Ebert; 1-1, min. 37: Víctor Casadesús; 2-1, min. 86: Óscar; 3-1, min. 90. Ebert.

Árbitro: Hernández Hernández (comité canario). Amonestó a Luna, Geromel, Dos Santos y Bigas, del Mallorca, y a Sastre y Sereno por parte del Valladolid.

El Mallorca arrojó su recuperación por la borda en los últimos minutos y regresa de Zorrilla metido de lleno en problemas clasificatorios y una derrota cruel en el epílogo de la primera vuelta. Cuando el final oteaba en el horizonte, después de ochenta y cinco minutos de resistencia y de dominar una porción notable del segundo tiempo, el bloque balear le abrió al Valladolid una puerta que no desaprovechó. Ebert, que firmó dos golazos y asistió a Oscar en la acción que desniveló el electrónico en el minuto 87, reabrió todas las brechas de un grupo balear que transmitió síntomas de mejoría, pero que vuelve a la oscuridad después de haber visto la luz en las últimas semanas y que baja la persiana de la primera vuelta con 17 puntos. (3-1)Caparrós movió piezas. Situó al recién llegado Luna en la banda izquierda, por delante de Bigas, y sentó a Pereira. Con su propuesta habitual, de robar y salir, el Mallorca salió a verlas venir ante un Valladolid que convirtió el tramo inicial de partido en un monólogo.

Ebert avisó con una falta directa que despejó Aouate. El rebote le cayó a Marc Valiente, que cabeceó por encima del larguero casi a puerta vacía. A los doce minutos, el grupo balear soltó una contra que pudo desembocar en penalti y expulsión de un central local. Gio, que firmó su mejor partido con la camiseta rojilla, ganó la línea de fondo, se plantó frente a Dani, pero optó por ceder atrás a Víctor. El mallorquín cayó dentro del área en su forcejeo con Sereno. El árbitro no señaló nada.

Entonces, con Ebert liderando todas las acciones, el Valladolid empujó. Cocinó el primer gol con dos acciones previas, abortadas por Aouate, y a la tercera no perdonó. Sacó a paseo su diestra para dibujar un zapatazo a la escuadra.

El gol inyectó cloroformo en los pucelanos y sangre en los isleños, que comenzaron a ganar metros. En una acción de pizarra, Martí pudo marcar pero se resbaló cuando tenía todo a placer. En una galopada de Arizmendi por la derecha, el Mallorca igualó. Víctor cabeceó a placer el buen centro del madrileño.

En el segundo acto, el Mallorca mejoró su aspecto. Presionó la salida del balón del Valladolid, que fue perdiendo peso a medida que Giovani aumentaba su cuota de pantalla en el partido. El mexicano estuvo eléctrico. Fue el eje isleño. Imparable en la conducción, con criterio a la hora de manejar los tiempos y peligroso en cada acción de estrategia. De hecho, mandó una falta a la parte superior del larguero y obligó a Dani Hernández a dos buenas intervenciones.

La tarde entró en una fase de tanteo. Ninguno se atrevió a dar el paso para no dejar al descubierto su sistema defensivo, aunque la inercia del choque invitaba más a un triunfo balear. Ebert y Giovani, a balón parado, mantenían alerta a la hinchada. El Mallorca vivía más cómodo ante un Valladolid atascado.

Los técnicos agitaron el banquillo. Pereira entró por Luna y no aportó nada, mientras que Djukic situó a Bueno por la izquierda. Arizmendi desaprovechó una contra de lujo que pudo haber desnivelado la balanza. En el minuto 86, con 1-1, Caparrós retiró al lesionado Martí para dar entrada a Fontás. En la siguiente acción, de nuevo Ebert entró en escena para meter un centro desde la derecha que Oscar, tirándose con todo entre los centrales, rentabilizó con la punta del pie. Y, en el descuento, el teutón redondeó su faena con un gol extraordinario.