Llorenç Serra Ferrer.

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El año 2013 en el seno del Real Mallorca empieza como terminó, en estado de máxima convulsión. Más o menos como siempre, lo que ocurre es que esta vez hay mucho en juego. El miércoles 2 de enero a las cuatro de la tarde se celebra un consejo de administración clave para el futuro del club balear, una reunión que debe reorganizar el club en su jefatura de estado. Casi nada y más con la competición en pleno ecuador.

n La dimisión de Jaume Cladera como presidente y consejero delegado obliga al Mallorca a nombrar a una figura que ocupe el primer cargo y lo más importante, acordar entre todos los miembros que forman el órgano de poder del club si también uno de ellos accede al puesto de consejero delegado de la entidad.
n Para nombrar presidente es suficiente con mayoría simple, pero para el otro puesto, el de menos relevancia pública, pero mucho más peso a nivel de poder, es imprescindible contar con 6 votos de los 8 que hay en el grupo de consejeros.

n Biel Cerdà se postula como el principal candidato a consejero delegado, en función de un supuesto pacto con Serra Ferrer, pero es imprescindible contar con más apoyos, entre ellos el de Utz Claassen, además de otro voto más hasta llegar a seis. Se presume muy difícil esta ecuación.

n Si finalmente no se reúnen los votos suficientes par el nombramiento de consejero delegado, el funcionamiento del Mallorca a partir de ahora obligaría a organizar reuniones del consejo para elevar a votación todas las opearaciones. Por una parte esta solución podría restar operatividad al funcionamiento del Mallorca, pero por otra sería un ejercicio de transparencia absoluta porque así todos los consejeros sabrían de primera mano los movimientos que lleva a cabo Serra Ferrer.

n Los asuntos se someterían a votación y seguramente saldrían aprobados con los votos a favor de Serra, Cerdà, Coca y Cladera, pero se debería suministrar a todos los miembros del consejo los pormenores de todas las operaciones financieras, legales, deportivas e institucionales.

n Es un escenario tan complejo es difícil discernir qué le espera al Mallorca. Por eso el miércoles día 2 hay tanto en juego. Es un consejo de futuro.