El Mallorca está viviendo una muy mala temporada.

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La mala racha se quebró en Sevilla. En un escenario especial, con una carga extra de motivación que Joaquín Caparrós esparció por todo el vestuario visitante del Benito Villamarín, el Mallorca cortó de cuajo la peor racha de su historia. Desde 1954, la escuadra balear no había vuelto a encadenar 14 partidos oficiales sin ganar. En aquella ocasión, hace casi 60 años, el conjunto isleño capturó 2 empates y sufrió nada menos que 12 derrotas.
En la actual, que concluyó el pasado sábado en el centro de operaciones del Real Betis, las huestes de Caparrós acumularon 4 empates y doblaron la rodilla en diez ocasiones. Pero obró el milagro en el feudo verdiblanco. En un duelo cargado de tensión, el Mallorca supo contener el arreón inicial de la escuadra de Heliópolis. El tempranero gol de Beñat no invitaba precisamente al optimismo a un mallorquinismo que se había acostumbrado a las derrotas. Sin embargo, el equipo de Pepe Mel no cerró el partido y poco a poco se fue desconectando.
El empate anotado por Víctor Casadesús a la media hora y el penalti inventado por Undiano Mallenco en el arranque del segundo acto, que convirtió Javi Márquez, le dieron al Mallorca un triunfo en el escenario menos propicio y ante un rival que aspiraba a cerrar la barrera de 2012 en posiciones de Champions League.
El equipo optimizó al máximo sus recursos defensivos y explotó su eficacia en ataque. Apenas llegó al área del enemigo en dos ocasiones y marcó dos goles. Atrás, la solidaridad de los interiores con los laterales en las coberturas y la buena actuación de la pareja de centrales (Nunes-Bigas) propició que el conjunto recuperara la solidez. Otra porción notable del éxito estuvo en la fortuna. Porque el Betis pudo irse al descanso con una ventaja clara en el marcador. Y por el error del colegiado que desquició al rival. También jugadores que estaban desaparecidos, caso de Javi Márquez o del mexicano Giovani Dos Santos, ofrecieron su mejor versión y remaron de forma colectiva para impulsar al Mallorca rumbo a los tres puntos.
La victoria le permite al conjunto balear divisar un punto de luz después de varias semanas en las tinieblas. Desde aquel triunfo sobre el Valencia, en Son Moix, el pasado 23 de septiembre -ayer se cumplieron exactamente tres meses-, el Mallorca había sido incapaz de alzar los brazos en catorce partidos (11 de Liga y 3 de la Copa del Rey) disputados. El triunfo, además de cortar la peor racha de toda la historia, sacó al bloque balear del pozo, de las posiciones de descenso en la última jornada del año, aunque la amenaza sigue en el horizonte. De hecho, la escuadra de Capa solo está un punto por encima del descenso.
El vagón de cola de la clasificación se ha apretado en las últimas jornadas. Apenas dos puntos separan a cinco equipos, desde Osasuna, penúltimo con 14 puntos, hasta el Granada, que ocupa la décimoquinta plaza con 16. Entre medias aparecen Espanyol, que cierra el año como el equipo que marca la zona roja de la tabla con 15, Celta con los mismos puntos y Mallorca, que totaliza ahora 16.
A falta de dos capítulos para cerrar el libro de la primera vuelta, el Mallorca llega a esta puerta del campeonato con dos puntos menos que el curso pasado. La intención de la escuadra que dirige Joaquín Caparrós pasa por cruzar el ecuador del torneo con al menos 19 puntos.
Cabe recordar que la plantilla bermellona, que descansará hasta la tarde del día 29, abrirá el próximo año en Son Moix el domingo día 6 de enero (21.00 horas) ante el Atlético de Madrid y cierra la primera vuelta en el Nuevo José Zorrilla ante el Real Valladolid de Djukic.