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Han transcurrido unas horas, pero no es fácil diseccionar la alineación actual del consejo del Real Mallorca y el futuro control de la entidad. La destitución oficiosa de Jaume Cladera, gestada tras una alianza entre Gabriel Cerdà -un hombre vinculado a Serra Ferrer-, Utz Claassen y Pedro Terrasa (la suma de sus paquetes accionariales representa el 50'4 por ciento de la SAD balear) ha exponenciado la eterna crisis institucional del club y ha dejado a Serra Ferrer en un escenario inesperado, en el lado débil.

El máximo accionista sufrió el lunes su primera gran derrota, representada en una votación que afectaba directamente a «su» presidente, que en la próxima junta general de accionistas -de no producirse un giro de 180 grados - perderá incluso su silla en el consejo de administración. La decapitación de Cladera es una vieja aspiración de Claassen, pero también lleva la firma de Cerdà, que no perdona los desplantes del exconseller de Turisme. Estas son algunas de las claves para entender el laberinto que conduce hacia el gobierno de la entidad.

LA PREGUNTA DEL MILLON

¿Hasta dónde llega la alianza entre Claassen y Cerdà?

Con Cladera fuera de combate -sus acciones (4'9%) carecen de peso sin Cerdà-, la llave del Mallorca está en manos de consejero de Patrimonio. Sus títulos, adquiridos a través de Tukis Invest SL, entregan la gestión y el control del club, aunque la pregunta del millón pasa por conocer los términos de su alianza con Claassen. ¿Se acaba todo con la destitución del presidente o el poder cambiará de manos en las próximas semanas? Cerdà guarda silencio y sus maniobras permiten todo tipo de interpretaciones. El lunes realizó un movimiento considerado alta traición por el Brujo de sa Pobla, que durante la reunión llegó a amenazar a Cerdà, pero durante la jornada de ayer -según difundió la cadena Ser- charló con Joaquín Caparrós y le aseguró que sigue guardando fidelidad a Serra Ferrer, el máximo accionista del club.

CLAASSEN

El alemán subraya que no ha cerrado ningún acuerdo con Cerdà

El entorno del consejero germano insiste en que no se ha cerrado ningún acuerdo de compraventa entre Utz Claassen y Gabriel Cerdà, aunque tampoco descarta que pueda producirse en un futuro. Circunscribe su alianza al asunto de la presidencia, que debería zanjarse en un plazo de 14 días. Un portavoz oficial del aleman asegura que Claassen no tiene ningún interés por ocupar la presidencia del Mallorca, aunque si está obsesionado «en que se debatan de forma profesional los asuntos importantes, algo que nunca ha sucedido».

SERRA FERRER

¿Qué hará para recuperar el control de la entidad?

El máximo accionista ha acusado el golpe. Durante el «día después» se mostró tranquilo, aunque sabe de sobra que está en manos de Cerdà. O compra más acciones, lo que supondría cerrar acuerdos con Terrasa o Claassen (algo aparentemente inverosímil), o reconduce su relación con el ideólogo del nuevo Sitjar. Esta última elección también resulta compleja tras todo lo sucedido en la reunión del lunes, pero también es indiscutible que Serra Ferrer tiene una gran capacidad de seducción cuando la ocasión lo requiere.

JOAQUIN CAPARROS

El técnico se alinea públicamente con el Brujo

En plena crisis deportiva (el equipo encadena nueve jornadas sin ganar y ha sumado 2 puntos sobre 27), Joaquín Caparrós se ha alineado públicamente con Serra Ferrer y Jaume Cladera. No es algo nuevo, aunque ayer acudió a la UIB y elogió la figura del presidente menguante. El entrenador utrerano ha dado un paso comprensible (fue Serra quien lo fichó), pero también es cierto que nunca se ha mostrado demasiado respetuoso con gente como Pedro Terrasa, Utz Claassen o el propio Pep Roig. Llorenç Serra Ferrer está dispuesto a jugar la carta de «Capa», aunque la situación del tablero delata que su influencia es mínima. El técnico sabe de sobra que tiene un duro reto por delante y casi nadie entendería que se entregara a la batalla institucional en plena crisis deportiva.

AMPLIACION DE CAPITAL

Serra sospecha que puede quedarse sin nada

El peor escenario al que puede enfrentarse a Serra Ferrer sería una futura ampliación de capital. De momento, la amenaza no es real, pero flota en el ambiente. Si Cerdà y Claassen deciden forzar la máquina, el máximo accionista podría perder el control de la entidad y además verse en la disyuntiva de tener que inyectar más dinero para sentarse en el banquillo de la oposición o ver como el valor de sus acciones se reduce prácticamente a cero.

CONSEJERO DELEGADO

Un nombramiento clave para gestionar el club

La destitución de Jaume Cladera lleva implícito el nombramiento de un nuevo presidente, pero también el de un consejero delegado. En el caso del Real Mallorca, el cargo está mancomunado y cualquier contrato necesita dos firmas. Hasta ahora, esta función era compartida por Serra y Cladera, aunque ya está fijada su fecha de caducidad. Elegir la «segunda rúbrica» no será sencillo. Son necesarios dos tercios del consejo (el 66 por ciento de las acciones) para realizar este nuevo nombramiento, que puede paralizar el funcionamiento de la institución.

DIMISION

Cladera medita dimitir antes de que lo destituyan

No ha tomado la decisión, aunque Jaume Cladera metida la posibilidad de dimitir de todos sus cargos antes de ser destituído por el consejo de administración. El lunes se comprometió a convocar una reunión para abordar los temas que competen a todas sus funciones en el club en diez o quince días, aunque no debe descartarse que se marche si Serra Ferrer no logra revertir la situación en breve. Cladera está dispuesto a aguantar, pero tampoco quiere prolongar su situación más de lo necesario a no ser que el máximo accionista se lo reclame expresamente.

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