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Joaquín Caparrós no encuentra la salida. Después de igualar el domingo su peor racha como entrenador de elite, las nueve jornadas sin ganar que encadenó hace un lustro al mando del Deportivo, el técnico del Mallorca busca un golpe de efecto. Dar un puñetazo encima de la mesa que sirva para amortiguar la caída, alejarse de las arenas movedizas y levantar el ánimo.

El Mallorca ya acumula más de dos meses sin alzar los brazos. Desde aquel triunfo en casa ante el Valencia a finales de septiembre, el grupo balear no ha vuelto a sonreír. Amontona ya once partidos oficiales sin lograr la victoria, aunque es cierto que no ha doblado la rodilla en sus dos últimas citas. El empate frente al Deportivo le permitió sellar su portería, después de muchas semanas achicando agua, y acceder a la siguiente ronda de la Copa del Rey. Y el punto amarrado anteayer, ante el Zaragoza, no sirve para cortar la hemorragia, aunque si al menos para evitar su descenso a los infiernos. Está en la cornisa del abismo, solo un punto por encima de una zona que, por cierto, jamás ha visitado Joaquín Caparrós en la década larga que lleva como entrenador en la máxima categoría.

Capa ha recuperado piezas en los últimos días, principalmente Nunes y Javi Márquez, que han provocado un salto de calidad. Con el portugués, el equipo isleño ha recuperado fiabilidad defensiva -un gol en los dos partidos que ha disputado-, seguridad y serenidad. El pivote catalán dota al bloque de equilibrio táctico y su rol en las acciones a balón parado es notable. Distribuye con criterio y se antoja una pieza clave para que el Mallorca remonte el vuelo.

Debe coger de nuevo el nivel físico -acusó los noventa minutos que jugó entre semana ante el Deportivo- pero su presencia aporta más sentido a la sala de máquinas. Además, se ha convertido en una especie de talismán: con él como titular, el grupo bermellón no conoce la derrota. Algo es algo.

Gio, en la banda

Otra de las buenas noticias que generó el duelo frente al conjunto maño llegó con la actuación de Giovani Dos Santos. Caparrós incrustó al internacional mexicano en la banda izquierda y ahí generó las mejores ocasiones del equipo, sobre todo en el tramo final del encuentro, además de asistir a Víctor Casadesús en la acción que desembocó en el empate definitivo.

Desde ese carril zurdo, Gio fue el principal surtidor de balones. Nunes y Hemed no aprovecharon sus servicios desde la banda izquierda al rematar fuera con Roberto ya batido. Solo Víctor fue capaz de rentabilizar un servicio con el descuento oteando ya en el horizonte. Al margen del gol, la ocasión más clara llegó con un centro del mexicano a pierna cambiada, desde la derecha, que remató Nunes abajo y Roberto firmó una de las paradas del campeonato.

Sin responder a las expectativas que generaron su fichaje, después de estar más tiempo en la enfermería que sobre el césped, el mexicano ya suma tres pases de gol...

Ahora, antes de cerrar el libro de 2012, el Mallorca se cruza ante enemigos de su Liga que determinarán el destino. El próximo domingo, a las 12.00 horas, acudirá al Ciudad de Valencia para medirse a un Levante que ha perdido sus dos últimos duelos en casa -ante Real Madrid y Barcelona- y que querrá recuperar la regularidad en su centro de operaciones para volver a las posiciones europeas.

Tres días más tarde, el 12, el grupo balear recibirá la visita del Sevilla en el partido de ida de los octavos de final de la Copa del Rey, una competición que ha quedado relegada a un segundo plano por las urgencias clasificatorias en el torneo de la regularidad.

En el último partido del año en Son Moix, la escuadra bermellona se cruzará con el Athletic Club, hoy por hoy el equipo más goleado de la categoría, y que llegará a la Isla en una situación límite después de una temporada especialmente convulsa. Será el sábado día 15 a las 18.00 horas.

Y para despedir 2012 en Sevilla, el sábado día 22 a las 16.00 horas, para desafiar a un Betis que vive días de vino y rosas. Situado en posiciones de Champions, el conjunto de Pepe Mel se ha convertido en una de las revelaciones del campeonato y querrá cerrar el año con un triunfo ante un enemigo directo en el plano del beticismo como Joaquín Caparrós, en un duelo con morbo.

De momento, como dice el técnico, el partido más importante es el más inmediato. Y el objetivo del entrenador utrerano es alterar, de forma definitiva, una dinámica que le ha empujado, en apenas dos meses, de la Champions League a las cloacas de la clasificación.

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