Messi y Busquets, a su llegada a Son Sant Joan. | Jaume Morey

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Azotado por la peor racha de resultados de los últimos veinte años y con medio vestuario en la enfermería, el Mallorca afronta hoy un desafío extremo en plena tormenta. Recibe a un Barça imparable, a un grupo diferente al del Pep Team pero que se presenta en Son Moix como la mejor versión de su historia. Bajo la batuta de Tito Vilanova, que fue bermellón en la campaña del último ascenso, los azulgrana han destrozado los mejores registros y llegan a la Isla con nueve victorias y un empate en los diez primeros capítulos del curso. Casi perfecto. Así se presenta un duelo desigual que puede agrandar la brecha isleña y hurgar en la peor herida de la era Caparrós (17.50, Son Moix)
Con cinco derrotas consecutivas en sus alforjas y un puñado de lesionados en la grada -el último de ellos Giovani Dos Santos-, el conjunto balear reta a la lógica. Las opciones isleñas para tumbar al Barça pasan por aplicarse al máximo, sellar todas las vías de agua... y rezar. Hace dos semanas, pasó por Son Moix el ciclón del Real Madrid, que sonrojó al mallorquinismo.

Situación

Caparrós quiere que su tropa invierta la situación. Quiere actitud, presión, ganas, convicción y acierto. El ejemplo del Celtic, que el pasado miércoles mandó a la lona a la escuadra azulgrana a base de eficacia y suerte, se ha convertido en un espejo al que el vestuario isleño se ha mirado durante las últimas horas. Parapetarse atrás y golpear a la contra, se antoja como la única fórmula para intentar no doblar la rodilla ante el líder.

El técnico utrerano, que se cruza con el peor rival de su carrera, no tiene mucho donde elegir. De hecho, recurrió a la cantera (Marc Fernández, Brandon y Cristeto) para completar la lista. En el once no se esperan novedades. El regreso de Ximo al lateral derecho se prevé como la única variación en relación al equipo que cayó el domingo pasado en Riazor, una cambio que relegaría a Arizmendi al banquillo. Existe también la opción de un trivote en la sala de máquinas, con Martí, Pina y Fontàs, aunque en principio éste último -cedido por el Barça- arrancará desde el banquillo.

Parte del éxito radicará en la solidaridad de Pereira y Nsue con los laterales en las orillas -atentos a las subidas de Dani Alves y Jordi Alba-, en el trabajo de presión de la dupla Martí-Pina y en el acierto de Víctor o Hemed cuando les llegue la ocasión.

En la otra acera aparecerá uno de los mejores equipos del mundo. Una constelación de estrellas que quizás se ha mostrado más vulnerable atrás por las lesiones, pero que no ha perdido ni un ápice de su demoledor ataque con Leo Messi como principal referencia. El argentino, como el propio Barça, le tiene tomada la medida a su equipo. Los azulgrana han logrado nueve victorias en sus diez últimas visitas. Y en el duelo que perdió, ya era campeón...