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El rompecabezas de Joaquín Caparrós se complica jornada a jornada. Pese a cargar ya con una amplia ristra de bajas a la espalda y verse obligado a revolver el armario cada jornada para armar el once de turno, el técnico sigue recibiendo malas noticias.

El Mallorca pagaba ayer el peaje de su primera representación copera y lo hacía ampliando un parte de guerra que, de momento, no conoce límites. En esta ocasión la línea más afectada vuelve a ser la defensiva y uno de sus damnificados, Ximo Navarro. El lateral, lesionado en el epílogo del primer asalto ante el Deportivo, estará entre diez y quince días a la sombra por un esguince de grado I del ligamento lateral interno de la rodilla izquierda y dejará huérfana una zona del campo en la que no abundan los efectivos. Además, el nigeriano Uche abandonaba la concentración de estos días en A Coruña y regresaba a Palma para ser sometido a una serie de exploraciones que confirmaban las peores sospechas. El africano, que debutaba con el primer equipo en Riazor tras salir de una larguísima lesión, presenta una rotura del menisco interno y una rotura casi completa de la plastia del ligamento cruzado anterior que le forzará a ser intervenido de nuevo y a permanecer otro medio año en el dique seco.

Pocos recambios

La salida de Ximo del equipo va a provocarle un nuevo dolor de cabeza a Capa , que no tiene a mano a más laterales derechos natos. Apartado el canterano por lesión -se perderá los encuentros ante Deportivo y Barcelona-, lo más probable es que el técnico renueve su apuesta por Nsue recostado sobre esa plaza. Emilio, que no participó en el partido de Copa y que fue uno de los pocos jugadores que salvaron el tipo en el partido ante el Madrid, se adaptó con éxito a ese rol a finales de la temporada anterior y parece preparado para repetir. Si no es así, el entrenador bermellón podría situar ahí a Pedro Bigas y mantener a Kevin en el carril izquierdo.

Aunque la ocupación la inició el canterano Álvaro Giménez en pleno mes de agosto con una osteopatía de pubis, la enfermería del Mallorca empezó a poblarse a finales de septiembre con la entrada de Javi Márquez. El catalán, con una rotura de tobillo derivada de un encontronazo con el valencianista Valdez, se cayó del once en su peor momento, cuando empezaba a coger el ritmo de la competición, y abrió una zanja importante en el centro del campo.

Casi sin tiempo para asumir el golpe, se sentaba a su lado José Carlos Nunes. El portugués, que como su compañero venía de una temporada especialmente complicada, volvía de Getafe con una rotura en el menisco externo de la rodilla derecha. Casi al mismo tiempo, Antonio López sufría la misma lesión durante un entrenamiento en Son Bibiloni, en este caso en la rodilla izquierda, y pasaba por el quirófano el mismo día que el capitán.

Precedentes

Sin embargo, lo peor estaba por llegar. Joao Victor, el hombre que cogía el relevo de Javi Márquez en el centro del campo, agudizaba la maldición con la que carga el Mallorca esta temporada y apenas resistía diez minutos en el campo con motivo de la visita del Granada. Su rodilla derecha crujía y las pruebas que se le practicaban los días posteriores mostraban una fractura del ligamento cruzado anterior. En total, entre seis y siete meses de baja. Un varapalo enorme que obligaba al club a darle de baja y acudir al mercado para llenar huecos con la llegada de Andreu Fontàs.