Utz Claassen, en el estadio de Son Moix, antes de asistir a una reunión del consejo de administración. | Pere Bota

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Utz Claassen espera que Jaume Cladera atienda su petición y convoque una reunión de urgencia para analizar las posibles consecuencias que para la entidad balear podría acarrerar la demanda del G-30. El accionista de referencia de la SAD confirmó la noticia publicada ayer por Ultima Hora, en relación a la carta enviada al presidente del consejo de administración del Real Mallorca instándole a reunir a los consejeros para tratar un hecho que «podría poner en peligro el futuro de la institución».

El accionista alemán no quiere ni imaginar que sea necesario «reclamar esa convocatoria por la vía judicial» para que el consejo analice los «riesgos de afrontar una demanda por valor de 21 millones de euros. Es una situación muy preocupante porque si pierdes el caso, podría significar el fin de la institución», indicó Claassen en declaraciones a la Cadena Cope Mallorca.

El consejero mallorquinista insistió en no tener noticias sobre «la evolución jurídica» del club en este sentido y desconoce si existe o no: «Nadie me ha podido asegurar que los riestos de esta demanda son calculables, que posiblemente ganaremos el caso... No tengo nada tangible del club sobre este asunto en este momento y no sólo es preocupante la amenaza de los 21 millones de euros, sino también el hecho de que prácticamente todo el fútbol español esté contra el Mallorca, contra la gestión empresarial y los responsables de la entidad», manifestó.

Para el accionista germano, la situación es tan preocupante que merece una reunión de urgencia. «Además, hay otra cuestión que me preocupa especialmente. Nuestro presidente ha dicho que el G-30 no puede reclamarnos nada porque no eramos de ese grupo, pero al mismo tiempo aseguran que las reuniones del G-30 a las que acudía Jaume Cladera están grabadas con voz e imagen. A veces me pregunto si estoy en un circo o en un club de fútbol», subrayó.

En cuanto a su negativa a romper el contrato con Mediapro, se mostró rotundo: «Puedo decir que nunca votaría a favor de algo que pudiera arriesgar la existencia, el futuro y la supervivencia de la institucion». En cuanto a las facturaciones del consejero Miquel Coca se mostró «sorprendido» porque, según algunas informaciones, «le ha podido costar al club unos 600.000 euros o más. Como consejero voy a exigir la información precisa, de cuánto ha facturado, cuánto le han pagado y en qué conceptos».

«Pero hay que preguntar -insistió Claassen- sobre la independencia del consejo si alguien que invierte como accionista unos 50.000 o 60.000 euros recibe diez o quince veces esta cantidad. Tiene que ser más importante la lealtad a la institución que el interés en facturar y cobrar cientos de miles de euros. Quiero saber si las facturas han sido adecuadas y en qué base se ha facturado. Me interesa que todo sea legal y el nivel de independencia y neutralidad de mis colegas», zanjó el accionista de referencia.

«Me preocupa que el presidente diga que el Mallorca no pertenecía al G-30 y que desde ese grupo aseguren que hay grabaciones con sus intervenciones»