Real Mallorca- Real Madrid | Teresa Ayuga

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Mallorca 0 - 5 Real Madrid


Real Mallorca: Aouate; Ximo, Conceiçao, Geromel, Bigas; Giovani (Arizmendi, min. 59), Martí, Fontás (Pina, min. 46), Nsue; Víctor (Marc Fernández, min. 78) y Hemed.

Real Madrid: Casillas; Sergio Ramos, Varane, Pepe, Essien; Xabi Alonso (Albiol, min. 80), Modric; Özil; Di María (Callejón, min. 73) Higuaín (Morata, min. 78), Ronaldo.

Goles: 0-1, min. 8: Higuaín aprovecha un grave error de Conceiçao y marca a placer; 0-2: min. 23: Cristiano cruza el balón lejos de Aouate en otro fallo de la defensa local; 0-3, min. 70: Higuaín a pase de Cristiano Ronaldo; 0-4, min. 72: Cristiano Ronaldo; 0-5, min. 91: Callejón a pase de Özil.

Árbitro: González González (comité castellano-leonés). Amonestó a Modric, Bigas, Conceiçao, Xabi Alonso.

La caída libre continúa. En otra incursión contra la corriente agrandó el Mallorca todas esas heridas que ha sido incapaz de desinfectar en las cuatro últimas jornadas. Con la autoestima rasgada y el rostro alterado por su propio entrenador en un nuevo pulso a la lógica, se entregó enseguida el conjunto isleño a las garras del Madrid. Los blancos, con el freno de mano echado durante un buen tramo del partido, pasaron el rodillo por el tapete de Son Moix para certificar una derrota previsible, pero también muy dolorosa por su tamaño (0-5).


El partido en sí duró poco. Muy poco. Seguramente, bastante menos de lo que esperaba Caparrós cuando sacaba el bisturí del cajón poco antes de diseñar su plan de asalto. Por primera vez en toda la temporada, prescindía el técnico de Pina y se agarraba a la experiencia de Martí, además de mandar al banquillo a Pereira para devolver a Nsue a uno de los costados de la pizarra. Sin embargo, se quedó pronto sin gas el experimento. Anderson Conceiçao, un tipo conocedor de sus límites y poco amante del riesgo, se equivocaba con un pésimo control en el balcón del área y habilitaba a Higuaín, que se encontraba las puertas del cielo abiertas. Fusilaba el argentino a quemarropa a Dudu Aouate y aceleraba el proceso de descomposición de un encuentro que nunca desprendió buen olor para el conjunto local.

Comodidades

El bofetón del Pipita dejó descolocado al Mallorca. Más todavía. Aunque Gio se ofrecía en todo momento a asociarse con sus compañeros de vanguardia, el Madrid gestionaba a su gusto el tráfico en la zona ancha y se sentía cómodo. Comodísimo. Tanto, que Cristiano podía permitirse la licencia de probar al mismo tiempo su pierna derecha y los guantes de Aouate. Sólo un centro desde la izquierda que se fue cargando de veneno durante el vuelo obligó a Casillas a salir de la cueva para intervenir.

Unos minutos más tarde el Mallorca volvió a dispararse en un pie. Fontàs perdía el control de la bola ante Özil y entre Di María, Higuaín y Cristiano trenzaban en horizontal el segundo tanto blanco, la sentencia definitiva.
El gol del portugués corrió las cortinas del duelo hasta el descanso. Con el barro hasta las rodillas, el Mallorca se veía a forzado a dar un paso al frente y a cambiar de planes sobre la marcha, mientras que el Madrid se encontraba frente a un paisaje idílico. Afortunadamente, Cristiano perdonaba el tercero tras recibir un centro maravilloso de Özil y mantenía la esperanza de que el suspense apareciera.


En cualquier caso, después del descanso volvió a desatarse la tormenta blanca. Caparrós reculó mandando a Pina a la arena en lugar de un desorientado Fontàs, pero el partido estaba ya muy cuesta arriba. Además, Higuaín y Cristiano se empeñaron en apagar las luces mucho antes del final, probablemente con la idea de ahorrarse los sobresaltos de sus recientes visitas a la capital balear. Con su ayuda, Callejón abrochaba el marcador, igualaba la mayor goleada que ha recibido el Mallorca en su base de operaciones y dejaba los nubarrones sobre el vestuario rojillo.