Pep Lluís Martí se lleva las manos a la cabeza durante un partido de la temporada pasada. | Carlos Mira

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Pep Lluís Martí se niega a abandonar el campo de batalla. El centrocampista del Mallorca, que esta temporada ha visto recortado su protagonismo, quiere seguir empujando la nave rojilla. De la forma que sea y desde cualquier posición. El balear es consciente de que su rol en la plantilla ha cambiado y de que la llegada de Fontàs va complicarle su acceso al once a pesar de las bajas que acumula el equipo en su parcela. Sin embargo, también recuerda que está preparado para volver a la arena en cuanto el técnico le reclame y contribuir con su experiencia a la recuperación del grupo, algo desmejorado tras sus dos últimas caídas ante Getafe y Granada.

«Estoy preparado para jugar y es lo que siempre intento», responde Martí al ser cuestionado acerca de una hipotética titularidad en el Sánchez Pizjuán. «Si el míster decide que lo haga trataré de hacerlo lo mejor posible. Y ojalá sea así porque tengo mucha ilusión con hacerlo. Han sido muchos años en Sevilla y aunque ya quedan pocos compañeros de mi etapa siempre es un partido especial», especifica.

Interés colectivo

Martí mantiene el bien colectivo por delante del individual en su discurso, aunque no oculta que su mayor aspiración ahora mismo pasa por incrementar su cuota de minutos. «Estoy ilusionado y con la misma ambición de siempre por entrar en el equipo. Aunque también debemos ser realistas y pensar que por encima de cualquier futbolista está el club y que el equipo gane y consiga sus objetivos», considera. «Trabajo para jugar y para estar en el once titular y si no puede ser, al banquillo y a aportar lo que se pueda», abunda el centrocampista. «No es una decisión mía y yo intento hacerlo lo mejor posible. No juega Pep Lluís Martí. Juega el Mallorca, que está por encima de cualquier circunstancia y cualquier futbolista. Mientras el club consiga sus objetivos y esté donde se merece debemos estar ilusionados aunque, evidentemente, a todos los futbolistas nos gusta estar en el campo y participar».

El pivote isleño también destaca el papel que están representando los futbolistas que han ocupado su plaza en la sala de máquinas. «A mí nadie me ha dicho que tengo que jugar y hay un montón de compañeros que me han respetado a mí cuando jugaba y ahora yo los respeto a ellos. Lo único que puedo hacer es estar preparado para cuando me toque», afirma. «Algún año ha de llegar ese momento en el que deje de jugar, o en el que los compañeros estén mejor que yo. Es inevitable. La edad pasa y los jóvenes suben con toda la ambición del mundo. Pero no voy a resignarme. Voy a intentar aportar siempre el máximo dentro de mis posibilidades y si no es posible, ya ayudaré de otra manera», insiste.

Visita compleja

Enfocando ya la vista en el encuentro del lunes, Pep Lluís Martí espera una función compleja. Tanto por la entidad del rival, como por la situación en la que se presentan los dos equipos. «El Sevilla es un equipo competitivo y con mucha ilusión por volver a los puestos europeos. En su estadio están muy fuertes y nos van a poner las cosas difíciles por el nivel que tienen. Aunque está claro que esa confianza que tenían al principio gracias a los buenos resultados no será la misma tras dos derrotas», puntualiza. «Para nosotros, después de lo que pasó en Getafe, si es cierto que la derrota ante el Granada nos hizo daño. Fue el encuentro en el que menos ocasiones nos generaron e hicimos un partido digno. Lo único que podemos hacer es evitar caer en los mismos errores, no nos queda otra» avisa pensando en el desembarco en el que fue su domicilio.

Prioridades al margen, Martí tampoco aparta la mirada de la Copa del Rey. El Mallorca recuperará en las próximas semanas su trayecto por la competición midiéndose al Deportivo y el centrocampista, que puede encontrar ahí un expositor en el que disponer de continuidad, no pierde la esperanza de cumplir uno de sus viejos sueños: volver a levantar el trofeo y hacerlo esta vez vestido de rojo.

«Siempre hemos sido un equipo al que le va mucho esta competición», apunta ilusionado. «La Copa da prestigio y la afición del Mallorca merece ilusionarse con ella y con poder llegar a una final. Vamos a competir con rivales muy parejos y pelearemos por llegar lo más lejos posible», anuncia uno de los capitanes.