PALMA - RUEDA DE PRENSA DE LA FEDERACIO DE PENYES DE REAL MALLORCA. | Jaume Morey

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Ahora que los barullos institucionales parecían aparcados en un segundo plano y que la hinchada de Son Moix disfruta con el vuelo de Champions del Mallorca, un golpe de estado amenaza a la actual Federació de Penyes Mallorquinistes. En los últimos días la oposición al grupo que preside Rafel Martorell ha logrado las adhesiones necesarias para solicitar una moción de censura, un paso que forzaría una nueva convocatoria de elecciones y que, casi con toda seguridad, modificaría el aspecto de las agrupaciones rojillas.

La Federació de Penyes, que por el momento se mantiene a la expectativa, culpa al propio Mallorca de no respetar el proceso electoral que se llevó a cabo hace casi dos años, y que desembocó en el nombramiento de Rafel Martorell tras imponerse en las votaciones a Miquel Mesquida.

Los actuales representantes de la afición mallorquinista se han mostrado en todo este tiempo particularmente críticos con la gestión de Llorenç Serra Ferrer y Jaume Cladera, especialmente en asuntos como el del proyecto del nuevo Lluís Sitjar o el de la última y deficitaria campaña de abonados. Las repobraciones del propio Martorell, de su vicepresidente, Pello Amengual, o de su secretario, Pep Roig, empotrado ahora en el órgano de gobierno del club, no han sentado nada bien al presidente y al director deportivo, que también han movido ficha en esta batalla.

De hecho, la relación entre el Mallorca y la Federació de Penyes es inexistente desde hace ya varios meses. La facción del consejo en la que habitan Serra y Cladera favoreció en su momento el bloqueo a la organización de los actos que se llevaban a cabo antes de los partidos en el punto 'Val la Penya' del Iberostar Estadi, y eso es precisamente lo que le reprochan ahora con mayor intensidad desde la oposición a la Federació. En cualquier caso, desde ésta también se sospecha que los responsables del club han estado maniobrando en la sombra durante la búsqueda de adhesiones, que se completa en un momento de la temporada especialmente dulce y propicio para sus intereses.

Si se confirma esa moción de censura por parte de las peñas opositoras las asociaciones deberán acudir otra vez a las urnas para elegir a su nuevo representante, que seguramente contaría ya con el beneplácito del club.