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Con los números en la mano, Pamplona ha sido el escenario más esquivo para el Real Mallorca en la pasarela de Primera División. En proporción a su número de visitas, El Sadar -ahora Reyno de Navarra- es el estadio que menos dividendos ha generado al conjunto isleño en toda su historia en la máxima categoría: un triunfo en 20 visitas.

Sin embargo, en el último tramo de su historia, la escuadra balear ha endulzado la estadística. No ha perdido en sus tres últimas presencias en tierras navarras, aderezadas con una victoria -Castro firmó la hazaña con un zurdazo en la campaña 2009-10- y dos empates. 1-1 hace dos años (repitió el Chori) y 2-2 la pasada campaña, con el doblete de Tomer Hemed desde el punto de penalti en el único encuentro dirigido por Miquel Angel Nadal. Globalmente, en sus 20 presencias en Pamplona, ha obtenido una victoria, seis empates y trece derrotas.

El conjunto balear tardó más de dos décadas en facturar algún punto de las catacumbas del recinto navarro. Después de las primeras visitas en la máxima categoría para el olvido, incluyendo dos 4-1 (1961-62, 62-63) y un 4-0 (1983-84), el Mallorca festejó sus primeros puntos en la temporada 1986-87 (0-0), aunque posteriormente cada visita a Pamplona se convirtió en un suplicio. Llegó a encadenar seis derrotas consecutivas en Primera -desde 1987 hasta 2002-, una pésima racha que quedó amortiguada con su brillante triunfo en la jornada inaugural de la campaña 1995-96, en Segunda División, en el inicio de la 'era Beltrán'

Al comienzo del siglo XXI, el Mallorca acarició la victoria con tres empates seguidos, desde 2002 hasta 2005.

Posteriormente, El Sadar se convirtió en un estadio inabordable y las goleadas se transformaron en habituales. Perdió 1-0 (05-06), 3-0 (06-07), 3-1 (07-08) y 1-0 (08-09). En aquella época, era capaz de ganar en el Bernabéu, San Mamés, Vicente Calderón, Camp Nou o incluso Mestalla -otro de sus antiguos estados malditos-, pero caía desplomado sin remisión cada vez que merodeaba por la Calle Sadar.

De repente, la magia de Gonzalo Castro lo alteró todo. Acabó con más de medio siglo de frustraciones. El uruguayo soltó un latigazo con la zurda desde fuera del área que murió en la escuadra y supuso el fin de la maldición. Desde aquel trallazo, todo han sido buenas noticias para la escuadra balear en Navarra, donde mañana acudirá con la intención de expandir su racha y enganchar otra victoria para igualar el mejor arranque de su historia.

Caparrós, dos triunfos

Tampoco Pamplona es una plaza fácil para Joaquín Caparrós. El técnico utrerano ha visitado El Sadar en diez ocasiones con un balance que no invita demasiado al optimismo: dos victorias, dos empates y seis derrotas. Su primer triunfo llegó cuando dirigía al Deportivo y venció 1-2, en febrero de 2006. Romeo adelantó al cuadro navarro, mientras Sergio González y Diego Tristán firmaron los tantos del conjunto gallego.

Eso sí, Joaquín Caparrós puede presumir de haber logrado los tres puntos en su último paso por los vestuarios del Reyno. Fue en abril de 2011 -la pasada temporada no visitó Pamplona- y 'su' Athletic de Bilbao alzó los brazos. De nuevo tras remontar un 1-0 adverso, anotado por Sola. Llorente y Muniaín, éste en el último minuto, sellaron la hazaña.