Tomer Hemed celebra su segundo gol, que dio la victoria al Real Mallorca en las postrimerías del encuentro frente al Espanyol. | M. À. Cañellas

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Mallorca 2 - 1 Espanyol

Mallorca: Aouate; Ximo, Nunes, Bigas, Antonio López; Pina (Martí, min. 81), Javi Márquez (Joao Victor, min. 55), Nsue (Marc Fernández, min 74), Pereira; Hemed y Víctor.

Espanyol: Cristian Alvarez, Javi López, Forlín, Héctor Moreno, Capdevila, Víctor Sánchez; Cristian Gómez (Tejera, min. 82), Albín, Verdú, Wakaso (Cristian Alfonso, min. 69) y Alvaro Vázquez (Rui Fonte, min. 64).

Goles: 1-0, min. 2, Hemed. 1-1, min. 6, Wakaso. 2-1, min. 81, Hemed.

Árbitro: Alberto Undiano Mallenco (C. Navarro). Amonestó a Nunes (min. 33), Nsue (min. 38) y Martí (min. 92) por parte del Mallorca. Y a Wakaso (min. 63) por parte del Espanyol.

Noche de estreno, noche de victoria. El Mallorca amarra los primeros tres puntos del curso tras una notable y sobresaliente victoria ante el Espanyol. Una de esos partidos ‘trabajados’, donde lo más notable, además de la victoria, fue que el once balear nunca dio el partido por partido. Su inconformismo fue su triunfo.

Había hambre de fútbol en el Malloca, había necesidad de gustar, de reivindicarse ante los suyos, de dar primero y dar con fuerza. Y lo hizo. Nsue y Pereira eran protagonistas del encuentro y ambos buscaban a Hemed como primer y casi único recurso. El francés lo encontró primero y el israelí avisó de cabeza; en la segunda el aviso se convirtió en gol. Emilio se marcha por la derecha y si las temporadas anteriores no terminaba de coordinar sus intenciones con la ejecución de las acciones, ayer sí lo hizo; el mallorquín levantó la cabeza y envió un centro medido a Tomer Hemed, que se revolvió para buscar apoyo y posición de disparo y marcó.

Primeros encuentros

Pero los primeros partidos de Liga suelen se caprichosos como los niños, inquietos como los adolescentes, inocentes como la primera novia. Tres minutos después un globo preciso y precioso de Cristian Gómez llega a Wakaso que gana metros ante Antonio López y de disparo cruzado bate a Aouate para situar las tablas en el marcador. Así es el Mallorca, capaz de subir al cielo y de bajar a la misma velocidad.

El equipo baler es un equipo que juega con las cartas marcadas, es decir, roba y se va a toda velocidad al área rival. Ese sistema lo lleva en su DNI, en sus genes, no puede remediarlo y no le va mal. Pereira y Nunes actuaron de verdaderas puntas de lanza y fueron los mejores socios de Javi Márquez, que juega rápido, que juega bien y que sabe lo que quiere de él Caparrós. El resultado era excesivamente generoso con el Espanyol y poco agradecido con el juego del Mallorca que inventaba más, aceleraba más rápido, corría con más precisión y obligaba más al portero rival. El Espanyol avanzaba sólo cuando el Mallorca le dejaba y encontró en a la zona de Nunes un pozo por descubrir. El portugués no está bien, en condiciones normales no debería haber jugado, pero la necesidad se impuso a la lógica y su inseguridad la aprovechó el Espanyol para acercarse a Dudú, pero sin consecuencias.

Con el empate a uno se llegó al descanso. El segundo acto arrancó con un otro aviso del Mallorca. Nunes, que en la retaguardia sufrió mucho, mandó un balón al larguero aprovechando un saque de esquina. Otra vez la fortunda era esquica. Lo fue a Pereira, que también metió un balón al poste. Pero ayer el fútbol fue justo con el Mallorca y le agradeció su esfuerzo. El rebote de la madera fue a parar a Hemed, que cerró una semana para magnífica anotando el gol de la victoria. Fue una noche de estreno de Primera. Victoria y a dormir