Joaquín Caparrós, en una imagen captada en el banquillo de Son Moix. | Jaume Morey

TW
5

Joaquín Caparrós sigue esperando, sigue probando, sigue mascando chicle a la espera de que Serra Ferrer levante el teléfono y le comunique que ha concretado los tres fichajes que le prometió. El sábado antes del partido frente al Hamburgo los futbolistas estaban «apalabrados», según dijo el vicepresidente; a al conclusión del encuentro era cuestión de horas, si se atiende a lo que dijo Joaquín Caparrós. «Estoy convencido que esta semana se incorporarán los tres futbolistas que hacen falta. Confío en lo que me dice Lorenzo y me ha dicho que incorporaremos tres jugadores lo necesitamos porque es una plantilla muy corta». A Caparrós no le especificaron si era a principio o a finales de semana, por lo que todavía hay tiempo para que aparezcan por Son Moix dos centrales y un delantero.

Ahora nadie se atreve a dar una fecha más o menos exacta, pero lo cierto es que la Liga empieza mañana y que hasta tres jugadores clave en el once titular para esta misma temporada siguen sin conocer el vestuario local del campo del Mallorca. «Avanzamos», dijo Jaume Cladera. «Nos acercamos», indicó. «Estamos muy cerca», reiteró. ¿Cómo está el entrenador?, se le preguntó al presidente del Mallorca. «Tranquilo», respondió. «Le hemos dicho que cumpliremos con lo que le prometimos y le haremos un buen equipo», añadió el presidente del club. Si sus expicaciones convencieron o no al entrenador se verá en breve, pero el andaluz esperaba desde hace días poder tener ya a los nuevos refuerzos bajo sus órdenes, pero de momento no es así, por lo tanto habrá que arrancar la Liga improvisando un poco, tal vez más de lo que le gusta improvisar al entrenador andaluz.

Mañana hará 98 días que terminó la Liga, tiempo aparentemente suficiente para que el Mallorca pudiera tener cerrada la plantilla, al menos con los jugadores titulares vestidos de rojo a falta de algún retoque, pero en este Mallorca los plazos se apuran hasta más allá del límite -recordar el caso Ogunjimi- y Caparrós ahora sí, empieza a entender lo sucedido hace una temporada cuando Michael Laudrup exhibió su enfado con la tardanza de club a la hora de acudir al mercado. Pero hay que tener fe, confianza y no desesperarse. Joaquín confía en que en unas horas se resuelvan gestiones que en cien días no han podido concretarse. Uno se acostumbra a todo. Caparrós a esperar.