Llorenç Serra Ferrer, en primer plano, seguido de Jaume Cladera, en una reciente imagen captada en el estadio Son Moix. | Jaume Morey

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El informe que ha elaborado inspección de Trabajo al Real Mallorca y que ha puesto en conocimiento de la Fiscalía para que valore si es necesario o no analizar con más profundidad los hechos que ahí se reflejan, detalla varios puntos que guardan más similitud con una película de espías en plena guerra fría que no a un club de fútbol. Pese a haber quedado muy cerca de Europa y a que la categoría se ha salvado con brillantez, de puertas para adentro, el club continúa protagonizando noticias sorprendentes.

En este informe se detalla en numeroros párrafos que el presidente Jaume Cladera, el vicepresidente Serra Ferrer y el exsecretario Miquel Coca, tuvieron acceso a correos privados del trabajador Xulio Morales, sin que supieran explicar cómo dichos mensajes llegaron a su poder.

Cabe recordar que el Mallorca se apoyaba en la «deslealtad» de Morales para explicar su despido debido a que en su momento recibió un correo de Asepeyo en el que le instaba a variar algún punto del mismo ya que podían incurrir en errores o en algún ‘gazapo’. Sin embargo, Serra, Cladera y Coca interpretaron que Morales era invitado a que modificara el informe psicosocial para perjudicar al club.

En el informe se indica que se produjo una reunión entre Coca, Serra y Cladera en la que se pide a Morales información del informe psicosocial. En la misma se indica que «la empresa tiene conocimiento de unos correos electrónicos que ponen de manifiesto la ‘prueba irrefutable de la connivencia entre Xulio y Asepeyo’ para retocar el informe y perjudicar el club». En el siguiente párrafo del informe se hace referencia a que «la empresa nunca aclara cómo tiene acceso a dichos correos sólo que se los dan, no dicen quién se los da ante las preguntas efectuadas en dicho sentido», en lo que es, según el informe, «una conducta obstruccionista por parte del club, llevada a cabo por sus principales dirigentes».

En otro de los puntos del informe se especifica una vez más que «la directiva, en ningún momento, aclara cómo ha llegado a acceder a este correo electrónico». La inspección reitera esta pregunta en numerosas ocasiones ya que tanto Cladera como Serra Ferrer y Coca reconocen conocer dicho correo, pero no contestan a la pregunta de cómo accedieron a él, ni hicieron labor alguna para averiguarlo, ni lo aclararon en ningún momento ante Inspección a pesar de haber sido preguntados por ello». En este sentido, tanto Inspección de Trabajo, como UGT, sindicato del cual forma parte el trabajador al que el club quiso despedir, «no se aporta prueba alguna de la manipulación o modificación del informe; es decir, se acusa a Xulio Morales de hacer algo que no se prueba de forma alguna».

El responsable de UGT en balears, Manuel Pelarda, ha manifestado en reiteradas ocasiones sus sospechas de situaciones anómalas tanto en el proceso de elección del comité de empresa como en otros aspectos relacionados con la relación del club con los trabajadores. «Nuestras sospechas se están confirmando prácticamente en todos los extremos», comentó Pelarda. En su opinión, si la Fiscalía decide no actuar, el propio sindicato será el que tome cartas en el asunto y acuda a los tribunales para aclarar todas las situaciones.

Pelarda se ha mostrado muy crítico con la gestión que Serra y Cladera están llevando a cabo en el aspecto de la relación con los trabajadores y ha destacado que el proceso para elegir el comité de empresa estuvo marcado por las irregularidades.