Pereira lucha un balón en el partido que enfrentó al Mallorca con el Athletic en el Iberostar Estadio esta temporada. | Jaume Morey

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Con la permanencia en el zurrón y el depósito anímico a rebosar tras su imponente triunfo en Santander del pasado jueves, el Mallorca quiere confirmar la salvación en La Catedral ante el Athletic. San Mamés se antoja el mejor escenario posible para festejar un objetivo alcanzado antes de tiempo. Y la escuadra de Bielsa, una de las sensaciones del curso, el enemigo ideal para dar lustre a la supervivencia entre los grandes de la Liga. El segundo regreso de Joaquín Caparrós a la capital vizcaína -ya volvió en la Copa del Rey- ha acaparado todos los titulares de la previa. Los diarios de Bilbao se han volcado con Jokin, quien ha aireado una vez más su pasión por el club de sus últimos cuatros años y del que sigue siendo socio. «Iré a la final de Copa con la bufanda del Athletic», rezaba ayer la portada de un periódico local. Sentimentalismos al margen, la entrega de esta tarde (18.00 horas, San Mamés) se perfila como una buena oportunidad para cerrar el círculo a lo grande. Entre otras cosas porque la escuadra de Bielsa ha descuidado en las últimas semanas el torneo de la regularidad -si el Mallorca gana hoy le superará en la clasificación- para mirar a un horizonte ilusionante: las semifinales de la Europa League y la final de Copa ante el Barça.

Ingredientes

El encuentro reúne todos los ingredientes. El Mallorca ha dado la cara ante los de su mismo pelaje. Sus últimos triunfos en Gijón y Santander, incontestables, le han permitido allanar su futuro. Pero sufre contra los rivales de mayor enjundia. Se muestra vulnerable y suele afrontar los partidos con una velocidad menos que sus rivales. El Athletic, en cambio, es todo lo contrario. Juega igual ante el Barça que frente al Mirandés. La filosofía Bielsa, diametralmente opuesta a la de su antecesor en el cargo, no entiende de conservadurismo. Precisamente esa ambición, esa apuesta descarada por el futbolista imaginativo en detrimento del músculo le ha permitido alcanzar el éxito tanto en Europa como en la Copa del Rey, aunque para ello haya tenido que pagar el peaje en la Liga. Hasta hace unas jornadas, ‘El Loco’ Bielsa apenas había repartido minutos. Lo había rifado todo al mismo bloque de siempre. Y, entre lesiones y fatigas, el bloque ha ido perdiendo fuelle en el campeonato de la regularidad. De hecho, aquí en Bilbao afrontan el encuentro de esta tarde como la última oportunidad para seguir aspirando a la Liga de Campeones. No ganar significaría despedirse ya de ese vagón de privilegio. Con la derrota, además, serían adelantados en la tabla por el Mallorca...de Caparrós. Todo un guiño del destino.

Para el duelo de San Mamés, el Mallorca acudirá con bastantes heridas tras la última batalla. Alvaro, al resbalar en las escaleras del hotel, y Nunes, con una lesión en el abductor, dejaron la expedición, que por cierto no piso Bilbao hasta la hora de la cena tras permanecer recluidos en Santander desde el pasado miércoles. ‘Jokin’ no quería despistes y prefirió entrenar y dar la rueda de prensa en la capital cántabra.

Permutas

Además de los cambios obligados en la línea defensiva, Capa deberá modificar otras parcelas. Para la sala de máquinas, con Pep Lluís Martí en Palma, todas las papeletas apuntan a Tomás Pina y Fernando Tissone, aunque éste último se retiró con molestias en El Sardinero. La banda derecha es toda una incógnita. Caparrós le entregó el carril a Emilio Nsue, en detrimento de Michael Pereira, y el internacional sub-21 respondió a lo grande. Abrió la lata a los 21 segundos y provocó el 0-3 con un testarazo a la madera. No parece probable que el técnico le devuelva al banquillo tras esa exhibición y con los Juegos Olímpicos a la vuelta de la esquina. La orilla izquierda debería ser para Chori Castro que volvió a reencontrarse con el gol. Arriba, también hay dudas. Alfaro disputó quizás su mejor partido como bermellón en Santander y se estrenó como goleador. Sin embargo, el israelí Tomer Hemed también podría tener sus opciones. En la punta estará Víctor Casadesús, autor de dos pases de goles el jueves y que quiere aumentar su cifra anotadora, tras una racha sin marcar. En el banquillo aguardarán su oportunidad tipos como Joao, Zuiverloon, Ogunjimi, Pereira o Abdón Prats, que podría estrenarse en Primera División en un escenario de órdago.

Del Athletic de Bilbao está todo escrito. Con un fútbol preciosista, basado en el toque, el desmarque y la pegada de Llorente, la escuadra de Bielsa intentará regresar al buen tono liguero que parece haber reencontrado tras varias semanas en las oscuridad más absoluta. Precisamente el escurridizo jugador navarro es duda por un golpe en el ojo. Más allá de la presencia de Iker, el dúo Ramis-Crespí deberá trabajar a destajo para frenar a Llorente y los laterales, vigilar las subidas de De Marcos, Iraola o el propio Aurtenetxe. Será un partido grande para festejar una nueva temporada en la nobleza de la Liga.