José Antonio Reyes se prepara para ejecutar un lanzamiento de falta durante el encuentro disputado anteayer en el estadio Ramón Sánchez Pizjuán.

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El curso pasado, el Mallorca cruzó la puerta de la trigésima jornada con 38 puntos -dos más que en la presente campaña- y con un colchón de ¡9 puntos! en relación a la zona de descenso. Sin embargo, esa ventaja se dilapidó de forma extraordinaria y el grupo balear se salvó de milagro.

Hoy, con ocho capítulos del campeonato en el horizonte, la situación es parecida y las cicatrices del pasado están demasiado frescas como para no tomar precauciones. Para espantar todos los fantasmas, acallar a los agoreros y no dejar los deberes para el último día, la caseta mallorquinista se ha conjurado para amarrar la permanencia lo antes posible. El discurso del vestuario habla de autoexigencia y ya han señalado en rojo las citas del próximo domingo en Son Moix ante el Granada y del jueves frente al Racing en El Sardinero. En esos 180 minutos estará la salvación del Mallorca. La escuadra balear no olvida la bajada de tensión del tramo final de la pasada campaña. El equipo solo ganó uno de los nueve últimos partidos y cerró el curso con sólo dos de los últimos 15 puntos posibles.

En la presente temporada, después de pasar con nota el Tourmalet -7 puntos ante Valencia, Atlético, Sporting, Barça y Sevilla-, el Mallorca necesita enterrar las dos últimas derrotas -el equipo no ha perdido tres partidos seguidos en la era Caparrós- con la captura del botín ante el Granada. El grupo de Abel Resino, que suma 34 puntos -seis por encima del descenso- buscará en la Isla un resultado que le permita escapar del fango. Después de recibir a los andaluces, el Mallorca acudirá a Santander en uno de esos partidos que marcan una temporada.

El Racing no ha reaccionado de la mano de Alvaro Cervera, más bien todo lo contrario, y ya está a 7 puntos de la permanencia. El grupo balear, que ha dado la cara en el centro de operaciones de los equipos situados en descenso directo -ganó en Zaragoza y Gijón- jugará con la ansiedad cántabra para respirar a pleno pulmón en El Sardinero y certificar la salvación.

El Mallorca finiquitará esa semana por el Norte en San Mamés ante un Athletic que en las últimas jornadas parece haberse desconectado del torneo de la regularidad para centrarse en la Europa League.

Después del maratoniano regreso desde Sevilla -la expedición aterrizó pasadas las ocho de la tarde, 21 horas después de finalizar el encuentro del Pizjuán- la plantilla mallorquinista comenzará a preparar ya la cita del domingo (16.00 horas) ante el Granada. Será la primera final por la salvación. La primera oportunidad para espantar los fantasmas del pasado...