El jugador del Mallorca Sergio Tejera, durante un entrenamiento. | Monserrat

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Posiblemente sea uno de los futbolistas con más talento del Real Mallorca y con total seguridad es uno de los que más consejos ha recibido este último año. Sergio Tejera sale de nuevo del anonimato para reivindicarse en esta recta final de temporada. Nadie puede negar que el catalán es un jugador brillante, con visión, con tesón en el juego y con capacidad para un día no muy lejano ser indiscutible en el once. La apuesta por él ha sido firme en el proyecto de Serra, pero el futbolista no ha terminado todavía de explotar. Por circunstancias, por madurar poco a poco, por no dar el paso definitivo en el momento adecuado, por mil cosas, pero no ha sido un fijo para Caparrós. Posiblemente él también haya cometido errores, pero también ha sabido corregirse y corregirlos.

Activo del club

Ha recibido desde la cúpula del club conversaciones dirigidas a motivarle como no ha recibido ningún jugador. Han sido charlas casi fraternales las que le han ofrecido desde la planta noble, reflexiones destinadas a darle a entender que tiene un potencial personal y profesional fuera de lo común, que en un momento como este de crisis absoluta es un privilegiado y que debe darlo todo para ser el futbolista que puede llegar a ser. Todo para aumentar su autoestima y evitar que el Mallorca pierda un activo enorme.

Caparrós apostó por él, pero se cansó. No le respondía como él quería, por eso llegó a dejarle tanto tiempo lejos de cualquier protagonismo futbolístico y mediático. En ese momento fue también una lección ‘made in Capa’. No llegó a darle de nuevo protagonismo hasta que por circunstancias del equipo volvió a contar con él. De la jornada 11 a la 25 no gozó de minutos, pero en el partido vigesimoquinto del campeonato reapareció para jugar contra Osasuna y tener continuidad ante Valencia y Atlético. Se le veía de nuevo con ganas, con fe, con más madurez, con intención de ofrecer y ofrecerse, pero contra el equipo rojiblanco se rompió. Una lesión muscular, una dolencia que aparece siempre por motivos diferentes, tal vez en su caso, por el afán de demostrar su fútbol, de reivindicarse, de jugar bajo la presión de saber que no podía permitirse el lujo de fallar. Ahora Caparrós sabe a qué atenerse con él. Juega bien, juega centrado y además es una alternativa demasiado válida como para rechazarla de pleno. Tejera tiene claro que de una vez por todas quiere y puede perder definitivamente el anonimato y ante el Sevilla se le presenta otra oportunidad. Una más. Tal y como está la situación, un lujo. «Cuando el míster tenía un poco de confianza en mí y me daba minutos por otras circunstancias no pude jugar. Estoy trabajando para que no me suceda más», admitía ayer el futbolista del Mallorca. «Fue una pena que por molestias –por causas ajenas a una decisión técnica– tenga que estar fuera. Seguiré entrenando bien para coger ritmo y aguantar», comentaba el jugador catalán.

Tejera lleva toda la semana con el grupo, «sin ninguna molestias y si el míster cuenta conmigo, estaré al 100%». Aunque también hay un factor clave para los futbolistas y es que sin ritmo de partidos es difícil pode encontrar la mejor versión de cada uno. «La intensidad de los partidos en Liga no tiene que ver con un entrenamiento. El cuerpo se tiene que acostumbrar un poco; para eso está entre semana para trabajar más duro y en el partido, que te exige más, poder estar bien», reconocía. Tal vez en Sevilla tenga de nuevo opciones para demostrar lo buen futbolista que es.