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El Mallorca más resplandenciente de la temporada, contra el Barça más estimulado de los últimos meses. La muralla de Caparrós, frente uno de los tipos más venenosos para el rival que ha conocido el fútbol a lo largo de su historia. Y la ilusión de un grupo en plena expansión tras despojarse de sus preocupaciones, ante una trasatlántico obligado a ganar para conservar su opciones de revalidar su corona. Son Moix se prepara para buscar el más difícil todavía, para forzar un salto de calidad que sitúe a su equipo en el primer plano del escaparate mundial. La escuadra mallorquinista, agrandada por los números que ha bordado recientemente, sueña con llamar de nuevo la atención del planeta fútbol gracias a otro triunfo mágico. Y aunque hasta hace nada abordaba esa posibilidad dándole forma de quimera, hoy nadie quiere descartar la hazaña (Iberostar Estadi, Canal Plus, 18.00 horas).

El gran desafío al que se enfrenta esta vez el Mallorca tiene un sabor especial, diferente. El cuadro bermellón acude a la cita con casi todo el trabajo adelantado y tras varios meses peleando en el barro puede permitirse la licencia de disfrutar del partido, de retar a un Barcelona que parece haber dejado atrás los problemas que le sorprendían lejos del Camp Nou y que le llevaron a permanecer varias jornadas desconectado de la puja por el campeonato. Heridos en el orgullo desde que Osasuna les pasó por encima en Pamplona, los de Guardiola han completado desde entonces un itinerario impecable. Seis victorias en ristra, diecinueve goles a favor y sólo seis en contra. Pero ni un solo amago de debilidad o fractura. Para echarse a temblar...

En cualquier caso, Caparrós y los suyos han preparado una de las visitas más especiales del ejercicio entre sonrisas y muestras de alborozo. Sin preocuparse demasiado del tamaño del enemigo de turno. Porque si hay un encuentro para intentar divertirse sin tener que pensar en el marcador es precisamente éste.

La formación rojilla, que regresó el jueves por la tarde de Asturias, realizó ayer el ensayo general definitivo sobre el mismo escenario del duelo y Caparrós acabó de perfilar la propuesta que llevará esta tarde a la práctica. El utrerano ha conseguido que su libreta acabe calando en el vestuario y los movimientos del equipo delatan que ha madurado y que circula en la dirección correcta. O al menos según las coordenadas que fijó en su día el técnico en el navegador isleño.

Lo que sigue teniendo claro Caparrós es la nómina de jugadores sobre la que apoyarse. Porque salvo alguna excepción concreta y sorprendente seguirá confiando en aquellos que han alejado al Mallorca del hoyo. Además de recuperar a Pereira, Ramis y Castro (los tres se perdieron el viaje a Gijón por sanción), el entrenador bermellón ha convocado a Gianni Zuiverloon y mantiene su apuesta por el canterano Álvaro Giménez, protagonista de la victoria ante el Sporting. Mientras tanto, se quedan fuera de la lista Joao Victor, Ogunjimi y Martí Crespí, todo ellos por decisión técnica, los tocados Kevin y Tejera por lesión y el sancionado Pedro Bigas.

Ganar o ganar

El Barcelona, por su parte, pondrá a prueba su dureza y tratará de reforzar su fe en esa persecución que mantiene con el Madrid. No obstante, los azulgrana son conscientes de que van a cruzarse con un equipo en forma que le pondrá cuesta arriba el camino. Después de recortar cuatro puntos en un plazo de tres días, los azulgrana saben que tienen que dar lo mejor de sí mismos para seguir acorralando al líder con el deseo de provocar su caída y acentuar su desesperación.

La rehabilitación del Mallorca es el principal inconveniente al que deberán hacer frente los catalanes en Son Moix. Sobre todo, porque frente a los insulares Guardiola deberá improvisar en la línea defensiva, especialmente en los laterales. Tiene la baja por lesión de Adriano Correia, la de Eric Abidal, pendiente de su trasplante de hígado, y la de Dani Alves, por sanción. Así, el lateral del filial Martín Montoya apunta a titular. Mucho más que Muniesa como lateral zurdo. Ahí podría optar por desplazar a Puyol y confiar en la pareja Mascherano y Piqué en el eje.

Por delante, la única plaza fija es para Messi, ya que hasta Xavi podría tomarse un descanso. El argentino está en un gran momento de juego y acaba de convertirse en el máximo goleador de la historia del Barcelona.