Los jugadores del Real Mallorca celebran la consecución del primer gol frente al Real Zaragoza. | Efe

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Real Zaragoza Zaragoza 0

R.C.D. Mallorca Mallorca 1

Primera División | Jornada 16 | 11/12/2011 18:00 | Final

Zaragoza 0 ? 1 Mallorca

Zaragoza: Roberto; Zuculini (Lafita, min.46), Pinter, Lanzaro, Abraham; Ponzio; Barrera, Rúben Micael (Antonio Tomás, 62), Luis García (Ortí, min.46), Juan Carlos; y Hélder Postiga.

Mallorca: Aouate; Cendrós, «Chico» Flores, Ramis, Cáceres; Pereira, Pina (Joao Víctor, min.82), Tissone, «Chori» Castro (Nsué, min.70); Víctor y Alvaro (Tomer, min.76).

Gol: 0-1. min.39. Víctor.

Árbitro: Fernando Teixeira Vitienes (Comité Cántabro). Amonestó con tarjeta amarilla al local Luis García y al visitante Cendrós.

El Mallorca acabó ayer con una racha de nueve meses sin ganar fuera de casa y amarró una victoria en un campo que huele a Segunda. Hay detalles que expresan el DNI de los equipos y el Mallorca ayer exhibió seguridad, templaza, saber estar y solvencia. Ganó porque fue mejor, porque tuvo más serenidad y porque el Zaragoza vive en una situación de histeria colectiva incapaz de convertir la ira en fútbol, incapaz de nada. Los de Caparrós por su parte firmaron un choque casi perfecto porque desde el primer instante supieron interpretar su papel a la perfección. No había porqué precipitarse ni tampoco suicidarse, había que actuar con lentitud, con más cerebro que corazón, con más oficio. Y lo hizo. Es más, lo hizo casi todo bien y masticó el partido sin prisa, gustándose, regalándose una tarde de fiesta. Era un buen día para resucitar lejos de Palma.

Rayos y truenos

Entró el Mallorca al partido sabiendo que sería un encuentro de rayos y truenos. Cuando hay ruido de sables en el equipo rival es fundamental mantener el tipo y esperar que la ansiedad se apodere de tu contrincante. Lo hizo bien el Mallorca prácticamente desde el primer minuto y hasta el final del primer tiempo. Enseguida se percató de que el Zaragoza era tan inocente como la primera novia, esa que siempre se queda a medio camino entre el sí y el no. La verdad es que ante un equipo poco preparado para la guerra futbolística, a poco que tu plan funcione llevas las de ganar y los de Caparrós se adaptaron a la situación rápido, es decir, se mostraron agresivos en defensa, presionaron mucho en la zona ancha y a poco que Castro y Pereira tocaban balones la inquietud se apoderaba del rival y de la grada.

Al Mallorca se le identificaba a partir de Pina, que sigue evolucionando favorablemente y también a través de un activo Castro y de dos puntas como Álvaro y Víctor, que demostraron que pueden ser un buen invento.

El Zaragoza no tenía ningún jugador indetectable, era un lío, y el grupo de Caparrós parece que este año va a saber flotar sobre las arenas movedizas de la Liga. Le quedaba al equipo maño la portería de Auate y hasta el minuto 30 el portero no tuvo que intervenir deteniendo un tiro lejano. El once rojillo había salido decidido a realizar un claro ejercicio de supervivencia, pero se dio cuenta de que con algo de paciencia y mucha presión, podría sacar tres puntos que le impulsaran en la clasificación. Alvaro anunció su llegada al minuto seis con un disparo que salió fuera por poco y Cáceres, al que todavía le falta mucho rodaje, envió también un balón por encima del larguero antes de la media hora. Entremedias uno jugaba a la ruleta rusa y otro, el Mallorca, iba sacando fichas de parchís hasta tenerlas todas bien situadas para llegar al centro del tablero. Al minuto 36 otra vez Álvaro armó un zapatazo que sirvió para aplastar el esférico al larguero. Era un aviso de lo que vendría después. Cáceres aprovechó una subida para lanzar un centro medido a Víctor, que echó mano de su instinto para batir en el área pequeña a Roberto. Fue hasta demasiado fácil. El Mallorca había dominado muchos conceptos del juego: desmarques, rupturas, velocidad, precisión...estaba sencillamente destrozando al rival, minándole la moral, sentenciando su destino.

Abucheos

Tras el descanso el panorama no varió mucho de inicio. El Zaragoza entró en fase de histeria colectiva y no le salía nada, mientras que sus futbolistas tenían que aguantar los abucheos desde la grada, pero el Mallorca no ataba el partido. Llegaba, pero abusaba de tocar, mientras que en cualquier momento el equipo maño amenazaba con hacer algo con criterio para intentar igualar la contienda. Jugaba con torpeza, pero el Mallorca tampoco es un echado de virtudes para ?irse' de los partidos antes del minuto 90. Pero incluso jugando al filo del precipicio, ayer, el encuentro estaba predestinado a ganarlo el Mallorca. Introdujo cambios Caparrós durante el segundo tiempo dando entrada a Hemed, Joao y Nsue y siguió el equipo a lo suyo, a tocar y a esperar el final. Y llegó el mejor final posible, el que hizo posible que la victoria formara parte del equipaje de regreso. Acabó la mala racha. Por fin y acabó ante un equipo que está predestinado a bajar a Segunda División. Y eso como mal menor.