Los jugadores del Mallorca, durante un entreno en son Bibiloni. | M. Joy

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Durante una temporada hay partidos incómodos, de esos que es una obligación sacar adelante porque en caso contrario suele destaparse la caja de los truenos. El Mallorca se mide esta tarde (18:00 horas) al Racing en un partido calificado por Cúper como una «final de necesiades» y es que ambos equipos empiezan a exhibir urgencias justo cuando se cumple un tercio de la competición. El equipo cántabro es colista, tiene nueve puntos y lo que es peor, pocos recursos y muchos problemas. A nivel de conflictos anda más o menos a la par del Mallorca. Los dos están en concurso, cada día aparece un nuevo socavón del que salir y lo peor es que tanta incertidumbre termina por desmoralizar a la afición, que observa con incertidumbre el futuro de sus respectivos equipos.

El encuentro mide a dos conjuntos en el sótano de la Liga y eso empieza a quemar tanto o más como el futuro institucional de ambas entidades. A nivel deportivo el Mallorca busca una victoria balsámica, dos meses después de que lograse la última ante la Real Sociedad. De momento lleva dos. Muy pobre.

Candidato

El Racing está peor. Sólo ha ganado un partido y ya desde las primeras de cambio es un firme candidato al descenso. Hay tantas urgencias en los dos equipos, que no sería de extrañar que apareciera el miedo y la ansiedad sobre el terreno de juego. Miedo a perder y ansiedad por ganar, es decir, la combinación imprescindible para no esperar un partido de ensueño y sí con excesivo respeto por el rival.

Caparrós sigue sin dar definitivamente con la maldita pieza que consiga completar el puzzle perfecto. Es cierto que sigue sin contar con Cáceres y Nunes y en el caso de este último se trata de una pieza mayor, pero más que nombres, el técnico lo que busca es continuidad en el juego, crear con sentido y llegar más y mejor. Y por supuesto cuando se llegue marcar y no ver la portería rival sólo de pasada. Puestos a buscar alicientes al choque de esta tarde, la afición podrá volver a reencontrarse con su entrenador favorito, con el mismo que hipnotizó a la hinchada los dos primeros años que estuvo en el Mallorca en su regreso a Primera y que además certificó la permanencia en Primera en su segunda etapa. Al final se marchó porque el equipo necesitaba un revulsivo para evitar el descenso y se fue renunciando a su alta ficha.

Pero hoy el entrenador del Racing es el rival del Mallorca y pese a que las plantillas van cambiando y modificándose, Cúper siempre suele saber por dónde meter mano a los rojillos y en situaciones desesperadas cualquier mínimo detalle define los partidos. Caparrós medita repetir el mismo once que jugó de incio ante el Granada, con la inclusión de Ramis, pero lo más importante es que hoy no se acaba la Liga ni la temporada, pero es cierto que durante un año hay encuentros que marcan tendencias, que ayudan a mejorar o empeorar los estados de ánimo y que también permiten aumentar la autoestima. Hoy es uno de esos partidos.