Los jugadores del Mallorca, durante un entreno en el Iberostar Estadio. | Teresa Ayuga

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En plena jornada electoral, al Mallorca también le toca decidir su futuro. Al menos a medio plazo, ya que de la función de esta noche dependerá el camino que toma el equipo a partir de ahora. La escuadra isleña, que ha dejado atrás la etapa reina de su calendario particular, vuelve al llano para enfrentarse a otro de los integrantes de la caravana de la permanencia y reencontrarse, a ser posible, con la sensación de la victoria. Después de archivar seis jornadas sin ganar, los baleares están forzados a dar un golpe de efecto en Granada para evitar meterse en el barro antes de tiempo y rebajar la temperatura del entorno. De lo contrario, podrían aparecer ya los primeros síntomas de ansiedad que limitarían, más todavía, el rendimiento del grupo (Nuevo Los Cármenes, PPV, 22.00 horas).

No se ha cubierto todavía el primer tercio del campeonato y el Mallorca ya ha recurrido a la palabra ‘final' para darle volumen al partido de esta noche. Según lo visto durante el último examen, el equipo ha consolidado su crecimiento, pero sigue sin contar con el respaldo de los números y eso genera también cierto nerviosismo. Entre otras cosas, porque lleva semanas merodeando las mazmorras de la clasificación y porque su fragilidad en determinados momentos tampoco invita al optimismo.

En cualquier caso, se presenta el Mallorca en Granada dispuesto a zanjar cualquier posible debate al respecto y para hacerlo está obligado a redactar en el Nuevo Los Cármenes la primera alegría completa de la ‘era Caparrós'. Hasta ahora y bajo la dirección técnica del utrerano, el mayor tesoro del conjunto bermellón son los empates cosechados ante Valencia, Atlético y Sevilla. Todos ellos de gran valor, aunque insuficientes para escapar del fuego.

El técnico, además, sigue condicionado a la hora de construir su mejor once. Sobre todo desde atrás, que es donde se amontona el mayor número de bajas, A la espera de que Nunes y Cáceres abandonen definitivamente la enfermería (ambos se encuentran en la recta final de su recuperación), Caparrós va a seguir apostando por Bigas para taponar el costado izquierdo y se agarrará de nuevo a la reconversión de Joao Victor como central para amortiguar la ausencia de Ramis, que ayer se quedaba en Palma para cumplir un partido de sanción por acumulación de amonestaciones. Como era previsible, el centrocampista brasileño le ha ganado la carrera por la titularidad a Crespí y formará junto a Chico por delante de Aouate. La ayuda desde la derecha procederá de Pau Cendrós, ya que Zuiverloon también se quedaba fuera de lista, aunque éste lo hacía por decisión técnica.

De cintura para arriba también es probable que se produzcan cambios.

Empezando por el círculo central, donde Caparrós podría disponer otra vez de la dupla Martí-Pina en detrimento de Fernando Tissone. El argentino venía cuajando grandes actuaciones dirigiendo el tráfico, pero parece que el entrenador rojillo se decantará por la veteranía de Martí para abrochar una zona del campo en la que se esconderá la llave del encuentro. Además, las bandas seguirán siendo propiedad de Emilio Nsue y Gonzalo Castro.

Mientras tanto, en el vértice superior del once continuará instalado el máximo goleador mallorquinista, Tomer Hemed, que pelea por anotar su primer tanto en jugada. Y junto a él, Alejandro Alfaro. El onubense, que tampoco puede presumir hasta la fecha de su puntería, multiplicó su rendimiento como segundo punta ante el Sevilla y Caparrós parece dispuesto a renovar su confianza a la espera de que se incorpore Ogunjimi en enero. Y para acelerar ese proceso de integración el técnico decidió incluirle ayer en la convocatoria.

Quiere que el belga esté disponible al cien por cien desde el primer día y no ha dudado en pegarlo al grupo en su primer desplazamiento para que se vaya familiarizando con las exigencias de la liga española.

Al Mallorca se le presenta igualmente el desafío de celebrar una victoria en campo contrario, un lujo al que sólo ha podido acceder una vez en 2011 y que se encuadra todavía dentro de la temporada anterior.

Hace casi nueve meses que el equipo no vuelve a casa con los tres puntos en la maleta y buscará el final de esta tendencia en una ciudad a la que no viajaba para jugar un partido de Liga desde hace más de 25 años. Y fue en Segunda División, ya que para encontrar el último precedente ante el Granada en la máxima categoría hay que remontarse a la campaña 1969-70. De hecho, hoy será la primera vez que el cuadro bermellón irrumpa en el Nuevo los Cármenes para darle forma a una confrontación así. Y por si fuera poco, coincidirá con la ‘primera final del campeonato'. Casi nada.