Joaquín Caparrós y su segundo, Luci Martín, viendo el Mallorca B-Atlètic. | Jaume Morey

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Aunque el Mallorca se adentra en el tercer parón del campeonato dispuesto a recuperar la sonrisa, lo hace también asomado a uno de sus peores inicios de las últimas quince temporadas. Desde que volvió por última vez a Primera División el equipo balear sólo ha cubierto las once primeras jornadas de la Liga con tan pocos puntos en el bolsillo. Fue, concretamente, en la campaña 2004-05, en la que se vio obligado a realizar un esfuerzo extremo en el epílogo del torneo para evitar una caída que parecía prácticamente segura.

Botín limitado

Hasta la fecha, la última actualización del Mallorca sólo ha recopilado 10 puntos en 11 jornadas de la mano de tres entrenadores distintos: Michael Laudrup (6), Miquel Àngel Nadal (1) y Joaquín Caparrós (3). Se trata sin duda de un balance escaso y limitado, a pesar de que ya han desfilado ante sus ojos equipos de gran tamaño, como Barcelona, Valencia, Sevilla o Atlético de Madrid. El curso pasado, sin ir más lejos, el equipo disponía ya de cinco puntos más en la cuenta corriente y se había enfrentado a los dos trasatlánticos del fútbol español, además de haber pasado por estadios como San Mamés o Mestalla.

De momento, al equipo le pesan una serie de aspectos que están acotando su crecimiento en la clasificación. El primero de ellos es la fragilidad que exhibe cada vez que se sube a un avión. En los cinco desplazamientos que ha realizado hasta hoy únicamente ha atrapado dos puntos gracias a sendos empates en los domicilios de Osasuna (2-2) y Atlético de Madrid (1-1). En cualquier caso, se trata de un mal heredado de la temporada pasada, ya que la última victoria que completó a domicilio data de principios de marzo (Espanyol, 1-2).

Otro de los problemas que transporta el Mallorca a la espalda, seguramente más grave que el anterior, es la falta de gol. Y ahí sus números también resultan especialmente significativos. Le ha puesto su firma a 8 tantos, otra cantidad que roza el fondo de las estadísticas isleñas más recientes. Sólo durante el ejercicio 2006-07, en el que había anotado 6, y en el 2001-02, en el que llevaba los mismos que ahora, se alcanzaron unos niveles tan bajos. Además, hay que tener en cuenta que la mitad de esos goles han llegado desde el punto de penalti y gracias al acierto de su principal francotirador: Tomer Hemed.

Aunque es cierto que el Mallorca tiene casi dos tercios de la Liga por delante para huir del fuego y tomar asiento en las zonas más elevadas, también lo es que cualquier muestra extraída en este mismo punto del torneo puede ayudar a componer un análisis fiable de la situación.

Dobles sesiones

Así las cosas, Caparrós y su equipo tienen mucho trabajo por delante si quieren darle lustre a unas cifras todavía pobres. El Mallorca está a ocho partidos de abrochar la primer vuelta y tratará de aprovechar el parón de este fin de semana para reordenar ideas, cargar las pilas y definir su plan de asalto a Los Cármenes, donde le recibirá el Granada el próximo 20 de noviembre (22.00 horas). El técnico quiere rentabilizar al máximo el tiempo que va a encontrarse esta semana y por eso ha programado un par de dobles sesiones que servirán para coger carrerilla en el plano físico y para seguir trabajando todos esos aspectos que el grupo aún no ha acabado de asimilar. Caparrós confía, además, en recuperar a futbolistas teóricamente claves en su pizarra como Nunes o Pablo Cáceres.

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