Los jugadores del RCD Mallorca celebran el gol que han marcado al Atlético de Madrid. | Efe

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Atlético de Madrid 1 ? 1 Mallorca

Atlético de Madrid: Courtois; Silvio, Miranda, Godín, Filipe Luis; Tiago (Reyes, m. 54), Mario Suárez, Diego, Arda Turan (Pizzi, m. 80); Falcao y Adrián (Salvio, m. 54).

Mallorca: Aouate; Pau Cendros, Ramis, Chico Flores (Joao Vitor, m. 72), Bigas; Pina, Tissone; Nsue, Tejera (Alfaro, m. 46), Chori Castro; y Tomer Hemed (Aki, m. 60).

Goles: 0-1, m. 2: Tomer Hemed, de penalti. 1-1, m. 43: Falcao, de penalti.

Àrbitro: Fernández Borbalán (C. Andaluz). Amonestó a los locales Arda Turan (m. 56) y Mario (m. 61) y a los visitantes Ramis (m. 43), Chico Flores (m. 48), Bigas (m. 54), Tissone (m. 69) y Chori Castro (m. 84).

El Mallorca ha encontrado petróleo en el punto de penalti. Por tercera jornada consecutiva, el equipo isleño se apoyó en su alianza desde los once metros para atrapar un empate que le ayuda a seguir creciendo, aunque no para ocultar su carencias de centro del campo hacia adelante. Consciente de las limitaciones de su plantilla, Caparrós ha optado por explotar al máximo el músculo y apelar a una férrea disciplina defensiva para sustentar la base de su proyecto. Claro que no siempre se encontrará con los penaltis -cuatro a favor en apenas tres jornadas- ni con su rival de ayer. Gregorio Manzano ha convertido una constelación de estrellas en un equipo vulgar y plomizo y el Atlético de Madrid ya comienza a deambular por el torneo (1-1).

A los veintitrés segundos, Gregorio Manzano y Joaquín Caparrós arrojaron a la basura los guiones entregados antes de la batalla. Una incursión en el área de Tissone, que suplió con criterio la baja de Martí, acabó con un centro del ítaloargentino a la mano de Silvio, que se protegía el cuerpo. Fernández Borbalán encendió de ira las calderas del estadio cuando señaló el punto de cal. Cuarto penalti consecutivo a favor del Mallorca en los tres últimos partidos. Lo nunca visto. Tomer Hemed, cómo no, mantuvo su nivel de acierto engañando a Courtois. 0-1, primer minuto y partido nuevo.

Apoyado con ese tanto, los preceptos del técnico utrerano se elevaron a su máxima potencia. El grupo balear se arremangó, se juntó al lado de Aouate y se fajó con el cuchillo entre los dientes en cada acción. El gol tuvo el efecto contrario en el Atlético, un equipo plomizo, lento, pesado y previsible.

El Mallorca se dedicó a achicar agua. Aunque también merodeó el gol. Fue al cuarto de hora, tras un centro de Pau Cendrós que remató Tejera, forzado, en la cara de Courtois. En ese tramo inicial, Tissone repartía con criterio, Castro penetraba con peligro y Hemed se dejaba el alma en cada acción.

Poco a poco, más por inercia que por clase, el Atlético volcó el campo. Al Mallorca, que había reculado en exceso, apenas le duraba el balón. A veces por malas entregas y otras por malas recepciones, en especial de Nsue y Tejera, bastante desacertados. Los rojiblancos apretaron. Con el descanso en el horizonte, Falcao se incrustó en el área y forcejeó con Ramis. El 'pobler' cometió un penalti evitable porque 'el Tigre' estaba escorado y Aouate tapaba el marco. Otra pena máxima que le sirvió a Falcao para romper su mala racha, a la hinchada para alzar los brazos y al Mallorca para agachar la cabeza y agradecer el descanso...

El entretiempo no alteró nada. El Atlético escenificó un acoso desordenado y el Mallorca se puso a defender, defender y defender. No arriesgó nada en ataque y lo fió todo a la precisión de su sistema defensivo y principalmente de Aouate, que se convirtió en el único protagonista isleño en todo el segundo tiempo.

Manzano puso todo sobre el campo. Reyes, Salvio y Pizzi. Caparrós también puso lo suyo, que es todo lo contrario. Retiró a Hemed para situar arriba, solo, a Aki; quitó a un desaparecido Tejera para dar entrada a Alfaro, que estuvo aún peor. Y, obligado por el golpe de Aouate que dejó inconsciente a Chico, fijó al pivote Joao Victor como central pese a tener a Martí Crespí en el banquillo. Toda una declaración de intenciones.

El Atlético acorraló a un Mallorca ultradefensivo a base de córners o de faltas, pero chocó contra la muralla que diseñó Caparrós y un notable Aouate, que taponó varios tiros de Falcao, Reyes, Arda y Salvio. Al final, el equipo balear celebró otro punto de penalti mientras la grada cantaba aquello de «Manzano, vete ya», «Manzano, vete ya...»