Joaquín Caparrós dirige a sus futbolistas, en un entrenamiento en la ciudad deportiva de Son Bibiloni.

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Tarde de estreno en Son Moix. El Mallorca inaugura hoy oficialmente la era Caparrós con un partido grande, uno de esos encuentros imprescindibles en la agenda de todo mallorquinista y que tiene además una importancia doble porque el equipo que saltará al césped tendrá ya la marca del entrenador de Utrera. Hoy en Palma, Mallorca (10º, 7 puntos) y Valencia (5º, 13) miden sus potenciales a partir de las 18:00 horas en el Iberostar Estadi con arbitraje de Paradas Romero.

Es cierto que en apenas dos semanas no hay tiempo para imprimir un cambio radical en el apartado técnico, pero sí lo hay para dejar parte de la personalidad del entrenador en el grupo. Eso sí lo notará el aficionado. Si realmente se juega como se entrena, el Mallorca de esta tarde tendrá raza, corazón, fuerza, garra, nervio, tensión, sacrificio, tesón y espíritu ganador. El preparador de Utrera tiene todas estas virtudes y si alguien es capaz de imprimirlas a un grupo en un tiempo récord, sin duda este es Joaquín.

Futbolísticamente es otra historia. Seguramente el andaluz tiene una idea, pero es lo suficientemente inteligente como para no cambiar por cambiar. Es decir, salvo Emilio Nsue, que es baja por sanción, el esquema o dibujo que presente hoy el equipo no variará en mucho de la pizarra de Laudrup, pero sí cambiará su concepto global de trabajo. Caparrós sabe de las carencias del grupo y por esto durante estos días ha insistido tanto en aumentar la chispa física y en perfeccionar la estrategia tanto defensiva como ofensiva. El Mallorca no tiene una mala defensa, pero sí ha venido demostrando que sufre desajustes importantes, como si entrara en un agujero negro del que no pudiera salir.

Joaquín y Luci, su segundo, han procurado corregir en la medida de lo posible estas lagunas y dotar al equipo de una mayor disciplina en la retaguardia. A nadie escapa que una victoria ante el Valencia rebajaría sensiblemente la tensión en la grada, que hoy también jugará un partido paralelo en su permanente lucha contra el consejero del club balear, Biel Cerdà, al que no quieren ver ni en pintura. ¿Estará hoy en el palco? esa es otra de las grandes incógntas.

Pero tampoco hay que darle mayor importancia a un directivo que hace un par de meses no sabía ni cómo vestía el Mallorca. Hoy es turno para los futbolistas y para el entrenador y también para un Valencia que viene casi con todo. No viaja uno de sus grandes estrellas, el argentino Ever Banega, cuya somnolencia le impidió llegar a tiempo al entrenamiento y Emery sencillamente lo ha borrado de un plumazo de la lista. Más que nada para que duerma a placer. Se espera una gran entrada en Son Moix. Se espera una victoria local. Se espera mucho de Joaquín.