Pep Roig, Rafel Martorell y Pello Amengual, tres de los representantes de la Federació de Penyes del Real Mallorca. | Jaume Morey

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La Federació de Penyes del Real Mallorca insistió ayer en pedir la dimisión o el cese inmediato de Biel Cerdà como consejero del Real Mallorca. Si el pasado viernes la solicitud se realizó a través de un comunicado público, ayer Rafel Martorell y una representación de su junta directiva, comunicó en persona al presidente del club, Jaume Cladera, la necesidad de que Cerdà abandone el Mallorca por la «pérdida de imagen» que está sufriendo la entidad desde que él entró en Son Moix. De esta manera, la Federació no se ha echado hacia atrás y se mantiene firme en su postura inicial de exigir a la SAD Balear que prescinda de uno de los consejeros implicados directamente en la pérdida de crédito del club debido a la mala gestión que se ha hecho en el proyecto del nuevo Lluís Sitjar.

Martorell explicó en persona a Cladera que los aficionados no quieren perjudicar al club, ni tampoco alinearse con uno o con otros, pero si observan elementos que pueden distorsionar la imagen de la entidad y lo que ello representa, entonces no se pueden quedar de brazos cruzados y deben alzar la voz mostrando su desacuerdo. El presidente de la Federació y su directiva indicó que el planteamiento que se está llevando a cabo con el proyecto del Sitjar ha herido gravemente los sentimientos de los aficionados y además, ante una institución como el Ajuntament, el club está perdiendo credibilidad y mostrando una imagen de improvisación absoluta.

En el capítulo sentimental, la afición de forma mayoritaria se ha mostrado favorable al regreso al Sitjar, pero ahora ya nadie cree en este proyecto ni en las exposiciones de Cerdà ni en los planes de futuro. El hecho de que hayan pasado casi dos meses desde que el Mallorca prometiera probar la fiabilidad económica de los supuestos inversores y todavía a día de hoy se acuda a reuniones a Cort sin más que buenas intenciones, ha sido la gota que ha colmado el vaso.

Estrategias como introducir modificaciones en el escudo y culpar posteriormente de ello al departamento de márketing, amenazar a empleados del club, querer cambiar la mascota y moldear la imagen de la entidad a imagen y semejanza de Cerdà, son los puntos capitales que han obligado a la Federació a exigir la salida de este consejero.