Joaquín Caparrós, entrenador sevillano. | Reuters

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El Mallorca toca a Joaquín Caparrós. El entorno del técnico sevillano ha confirmado a este periódico los contactos mantenidos entre Llorenç Serra Ferrer y el entrenador sevillano para conocer su disponibilidad en caso de un futuro relevo en el banquillo mallorquinista. «Nosotros no nos ofrecimos. Fue Lorenzo el que contactó con Joaquín la semana pasada, antes del partido frente al Betis. En el Mallorca están como locos por contar con él», comentó una persona de máxima confianza del entrenador utrerano a esta redacción.
Caparrós, que el próximo mes de octubre cumplirá 56 años, se encuentra actualmente sin equipo después de rescindir su contrato recientemente Neuchatel suizo, siendo sustituido por el exmallorquinista Víctor Muñoz.
En la última década, ha completado temporadas íntegras en los banquillos de Sevilla, Deportivo y Athletic de Bilbao, al que ha clasificado octavo y sexta en las dos últimas campañas.
Las relaciones entre el director deportivo y máximo accionista, Llorenç Serra Ferrer, y el actual entrenador Michael Laudrup son inexistentes desde que el danés criticó públicamente la gestión del mandatario durante las horas previas al cierre del mercado.
Esta situación, que se antoja irreversible, ha enrarecido el entorno del vestuario y de la planta noble. Además, el desplazamiento a Sevilla del pasado fin de semana, en el que el equipo fue por un lado y el máximo accionista por el otro, evidencia el malestar del vicepresidente deportivo, que no quiere saber nada de su entrenador...
La relación entre Serra-Laudrup ya tiene fecha de caducidad, que podría adelantarse en función de los resultados. El máximo accionista, que además es el director deportivo, ya está oteando el horizonte. Y el técnico también tiene claro que su principal argumento para mantener el cargo serán los resultados. Solo el rendimiento de la plantilla le permitirá seguir sentado en el banquillo, salvo que exista una reconciliación que, a día de hoy, se antoja imposible por ambas partes. Ninguno parece dispuesto a ceder y la convivencia se prevé insostenible. La falta de diálogo entre el vestuario y el palco divisa un panorama apocalíptico.
Como primera alternativa al banquillo en caso de que el danés sea sustituido aparece el nombre de Caparrós. El nombre del sevillano está sobre la mesa de Serra Ferrer y ya se han producido los primeros contactos entre ambos.
Aunque el caché del técnico andaluz es inalcanzable para la tesorería del Mallorca, el preparador acaba de recibir una jugosa indemnización del Neuchatel, por apenas seis semanas de trabajo, por lo que estaría dispuesto a rebajar sus pretensiones económicas para volver a entrenar en la Liga, tras su traumática aventura suiza.
Joaquín Jesús Caparrós Camino (Utrera, Sevilla, 13 de octubre de 1955), tras su etapa como jugador juvenil del Real Madrid, Joaquín Caparrós decidió sentarse en los banquillos con apenas 26 años. Tras dirigir al San José Obrero de Cuenca, Campillo, Motilla del Palancar, Gimnástico de Alcázar, Conquense, Manzanares y Moralo, en el verano de 1996 -con 41 años- firma por el Recreativo de Huelva, al que asciende a Segunda División (1997-98). Tras mantener al Decano en la categoría de plata, inicia su aventura en el Villarreal, entonces en Segunda División, donde solo permanece siete jornadas. El inicio del siglo coincide con su década más gloriosa. Ascendió al Sevilla a Primera y le clasificó para disputar competición europea en dos temporadas. Tras un lustro de éxito, emigró al Depotivo, donde permaneció dos campañas. En 2007 firmó por el Athletic, donde Jokin cuajó grandes campañas, con un subcampeonato de la Copa del Rey y la clasificación para la Europa League. El pasado 7 de julio, Caparrós abandonó la entidad por perder la candidatura de Fernando García Macua ante la de Josu Urrutia, que eligió a Marcelo Bielsa. Ahora, Serra Ferrer ha llamado a su puerta.