El entrenador del Real Mallorca, Michael Laudrup, en una rueda de prensa. | Monserrat

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Sumar o sumar. La liga se pone en marcha y Laudrup pretende que el Mallorca se adentre en la espiral competitiva con el cuchillo en la boca. No concibe el entrenador danés que su equipo empiece a dejarse puntos por el camino en el pleno prólogo del torneo y ayer le recordó a los futbolistas la necesidad de abrir el baile con una sonrisa. «No podemos pretender que todo funcione ya de maravilla, pero mientras el equipo va cogiendo forma hay que sumar y empezar bien, sobre todo teniendo en cuenta que jugamos en casa. Después de este partido nos detendremos otra vez y es importante empezar puntuando. Hay que jugar con mucha cabeza.», destacaba a modo de aviso.

Laudrup lamenta que el Mallorca apenas haya tenido la oportunidad de jugar amistosos durante el mes de agosto (su única prueba fue la del Nápoles en el Ciutat de Palma), aunque entiende que «la Liga no espera», por lo que «hay que sacar algo en positivo y cuanto antes, mejor. Hay hacerse fuertes», apostilla.

El jefe del vestuario bermellón asegura que la plantilla «está bien físicamente» de cara al debut y aunque también admite que le genera cierta inquietud la falta de delanteros, prefiere aparcar el tema hasta el final de la jornada y centrarse en la visita del Espanyol. «Espero a un rival que querrá demostrar que puede mantener el nivel a pesar de haber perdido a su hombre gol», subraya. «Tiene a jugadores importantes en la segunda línea y han reforzado bien la defensa. Javi Márquez, Luis García, Sergio García, Verdú... Veremos a un conjunto que toca muy bien el balón y que intentará dejar claro que no depende de un solo jugador arriba. Porque no creo que llegue nadie esta noche (ayer) aunque tengan 18 millones para gastar. Esa es la diferencia entre ellos y nosotros», matiza.