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Apenas acumula un par de semanas en el cargo, pero ya se ha acostumbrado a la locura del fútbol profesional. Desde el mismo despacho que ocupó durante casi tres lustros, con ganas de corregir el rumbo del Real Mallorca, Pedro Terrasa Sánchez (9.4.1970, Madrid) traza las líneas maestras de la SAD balear en materia económica. Con un discurso centrado en el presente y enfocado hacia el futuro, el nuevo Director General de la entidad elogia el trabajo realizado por Serra Ferrer en su primera campaña por haber rebajado «17 millones de euros a la media de gastos de los últimos tres años». Terrasa, que nada más aterrizar tuvo que resolver el caso Webó, se vuelca en enderezar la travesía del club, encontrar el equilibrio necesario y el soporte financiero que refuerce el pulmón económico del Real Mallorca. Los aires de grandeza de antaño permanecen escondidos en el baúl de la memoria mallorquinista. Aunque la entidad pagará la fiesta durante la próxima década, el consejero delegado de la SAD apuesta por no lamer las heridas del pasado. Todo lo contrario. Su único objetivo es trabajar para taponar aquella hemorragia.

-¿Qué situación se ha encontrado en su regreso al club?

-Financieramente, Serra ha hecho un buen trabajo y vamos a tener que continuar en la misma línea. Hemos de conseguir neutralizar el déficit, que no exista. Esa es la primera condición y lo estamos consiguiendo. En los últimos tres años, la media de gastos rondaba los 50 millones de euros, cuando el club ingresaba 30. Un déficit de 20 millones por curso que tenías que equilibrar con venta de jugadores. Pero ahora el mercado no da para eso y hay que buscar otras vías para sufragar el déficit. Serra Ferrer y su equipo ha reducido 17 millones de euros, que es un logro enorme, la media de gastos de los últimos tres años.

-La principal diferencia con su anterior etapa en la entidad es la presencia de los administradores concursales. ¿Cómo es la convivencia? ¿Les dan cierta libertad a la hora de trabajar?

-Siempre y cuando el salario y el coste de la plantilla no supere el 70% del total que tú generas, el club tiene libertad para maniobrar. Antes tenías que ir operación a operación y ahora tenemos un margen mucho mayor, que nos permite ahorrar tiempo. En esta segunda etapa vamos a una visión global. Esto te permite cierta capacidad de decidir si viene alguien y quiere comprar a un jugador. Ahora tenemos más capacidad de autonomía de la que teníamos gracias a la confianza que ha generado la evolución del club.

-¿Se ha reducido el presupuesto de manera drástica?

-Sin duda. Como hemos comentado antes, se ha reducido ¡17 millones de euros! a la media de gastos. Todo tiene pros y contras. Con este planteamiento el riesgo es más alto. De hecho, de los 20 clubes de Primera, hay 9 afectados por el concurso de acreedores, casi el cincuenta por ciento. El concurso de acreedores está siendo un plan de saneamiento encubierto para el fútbol español. La ventaja del Mallorca es que fue de los primeros en ponerse en marcha.

-A nivel general, desde su marcha de los despachos a la actualidad, ¿qué ha cambiado?

-El modelo de gestión. Ha cambiado el mercado y por lo tanto el modelo. Antes se apostaba por un perfil de jugador y la diferencia entre ingresos y pérdidas era importante, pero se equilibraba vía traspasos. No era ni mejor ni peor. Se podía hacer porque el mercado lo permitía. Hoy, el Mallorca apuesta por jugadores libres, que no paguemos traspaso y por el fútbol formativo. No vamos al mercado porque no podemos y porque no creemos. No queremos que los jugadores terminen sus carreras aquí. Vamos a por futbolistas libres, cedidos o del fútbol base, pero que tengan calidad y opciones de sacar adelante el proyecto.

-¿Cómo definiría la apuesta de la propiedad anterior personificada en Gregorio Manzano, Vicenç Grande y Nando Pons?

-La anterior propiedad apostaba, bajo mi punto de vista, por un modelo de gestión basado en la irresponsabilidad y en aires de grandeza, que son los que han llevado al club a vivir la situación que vive. Las heridas de esa gestión irresponsable tardarán en cicatrizar. Ahora el modelo tiene más riesgo deportivo, pero no conduce el club a unas heridas de las que tardaría años el Mallorca en recuperarse.

-¿Era imprescindible un cambio?

-Era vital corregir el rumbo del club, llevar la entidad al equilibrio, apostar por el fútbol formativo y por un control del gasto y este modelo a medio plazo. Si bajas el presupuesto, el riesgo es mayor y eso prolongado en el tiempo, puede llegar a producir fisuras. Este modelo se puede completar con socios complementarios y estratégicos.

-¿Quiere esto decir que el club está en venta?

-No, no, no quiere decir que el club esté en venta. Quiere decir que este socio estratégico tenga unos intereses complementarios a los que tenemos nosotros. Si lo que quiere este socio es gestionar él mismo el fútbol, nos encontramos que solapamos las funciones y no tiene sentido. Somos cuidadosos y escrupulosos a la hora de ver quién incorporamos al club. El aspecto emocional que tiene un propiedad mallorquina es muy importante y la gente es más cuidadosa.

-¿Es factible encontrar a ese socio estratégico que aporte músculo financiero?

-No es la prioridad, es una solución a medio plazo. Ahora podemos sobrevivir sin perder la perspectiva que, a medio plazo, necesitamos ese músculo económico que nos pueda aportar este futuro socio complementario, que puede venir porque se implante en la Isla o en España; o que pueda existir algún tipo de vínculo comercial con el futuro proyecto del Lluís Sitjar. Es importante encontrar esta figura, pero también es clave no equivocarse.

-¿Cuándo cree que podrá resolver el acuerdo con los acreedores?

-Las heridas de este concurso de acreedores, que como he dicho viene dada por culpa de una gestión irresponsable y con aires de grandeza, le va a costar al Mallorca que los próximos diez años va a tener que destinar entre 4 y 5 millones anuales para pagar la deuda con los acreedores. A medio y largo plazo, este club tendrá que gestionar siempre pensando en el convenio. Espero que podamos cerrar el convenio entre final de este año y el inicio del próximo.

-Hablando del pasado, ¿le provoca desprecio la figura del anterior director deportivo, Nando Pons?

-Si pensase en él posiblemente me provocaría desprecio, no lo hago por un tema de higiene mental.

-La afición está preocupada por la posible marcha de De Guzman, Ramis o Gonzalo Castro, ¿qué puede decir al respecto?

-Con este modelo, el Mallorca no va a sacar a sus jugadores al mercado y vamos a tratar de defender los activos que tenemos y los jugadores que para nosotros son fundamentales. A Castro le queda un año de contrato y hay que buscar una solución en un sentido u otro, pero no es el mismo caso que de Jonathan o el de Iván.

-Con su llegada, la pirámide de poder del Mallorca está muy perfilada, que era lo que se trataba de concretar para el buen funcionamiento de la entidad

-Hay que agradecer el gran trabajo que han hecho Jaume Cladera y Serra Ferrer. Se han encontrado con una sobrecarga de trabajo brutal. Ahora hay tres pilares, que siempre son los mismos, el económico, el deportivo y el social y cualquier club de fútbol rota entre estas tres piezas. Ahora esto está bien organizado y bien fijado.

-¿Por qué es tan difícil dar mayor solidez a la parte social, enganchar más al aficionado?

-Por varios motivos, porque sufrimos una crisis económica muy importante, porque el fútbol por televisión también es un factor que hace que pueda existir una sobrecarga de este deporte y porque nuestra afición lleva ya 15 años con su equipo en Primera División y sólo hay 6 equipos que puedan decirlo como son el Barcelona, Real Madrid, Valencia, Bilbao, Espanyol y nosotros. Y la gente tal vez el fútbol de Primera ya no es esa novedad y se ha acostumbrado. Esos tres componentes nos hace vivir esta situación y por eso es importante regresar al Sitjar, porque pensamos que estaremos más cerca de todos y para el futuro del club es muy importante.