Michael Laudrup manifestó a este periódico que tiene confianza en la actual plantilla y que espera no sufrir tanto como la anterior temporada. | Carlos Román

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Le cuesta apartarse de su discurso habitual, pero desprende una carga de armonía que se ha convertido en el aval más fiable del nuevo proyecto. Michael Laudrup (Frederiksberg, Copenhague, 1964) trabaja en Oosterbeek con la tranquilidad de que su Mallorca está casi edificado y sólo los ecos del 'caso Webó' le generan ciertos temores. El danés no ha perdido la esperanza de retener al delantero, pero repite una y otra vez que, por el bien de todos, el 'culebrón' debe acabar de inmediato. Es consciente de cuáles son los errores que condujeron al equipo hasta el borde del precipicio hace sólo unos meses y de que las limitaciones del club le impiden mirar muy arriba. No obstante, sabe también que cuenta con todo lo necesario para cruzar la meta fijada y cree tener la receta para ahorrarse un sufrimiento innecesario.

-Después de dos semanas de trabajo y seis días en Holanda, ¿está contento con la evolución del equipo?

-El equipo está trabajando muy bien. Sabemos que es un grupo interesante y los nuevos se adaptan sin problemas porque ponen de su parte y porque el resto también les está ayudando. Nos estamos conociendo y en ese sentido todo funciona. Los únicos pequeños problemas son las lesiones, como la de Gianni (Zuiverloon), que vino tocado, Ramis y Tejera, que arrastraban molestias de la temporada pasada, o Aki y Víctor. Eso nos ha provocado algún contratiempo en la parte de arriba, pero en lo que se refiere el trabajo diario va todo muy bien.


-¿Está satisfecho con lo que ha hecho el club y con lo que le han traído?

-Sí, estamos trabajando con esos refuerzos y ahora se suma al grupo Chico, por lo que al menos lo tenemos todo bien cubierto hasta el centro del campo. Nos falta un último esfuerzo en el ataque.

-¿Pero esperaba contar con hasta cinco caras nuevas a estas alturas del verano?

-Sí. Teniendo en cuenta cómo está el fútbol, todos han venido con la carta de libertad, a excepción de Chico que llega cedido. En estos momentos hay muchos jugadores que están libres porque hay poco dinero y las plantillas se reducen. Cinco refuerzos son bastantes y dependiendo de lo que pase con Webó, sólo nos quedarán otros dos arriba. Y si Pierre se queda, serán sólo él y otro.

-¿Entonces da también por cerrado el centro del campo?

-Sí, lo que está buscando Lorenzo (Serra Ferrer) ahora es uno o dos delanteros, siempre en función de cómo se resuelva lo de Webó. En cualquier caso, serían dos tipos de jugadores diferentes. Un mediapunta o segundo delantero y luego, si fuera necesario llenar el hueco de Pierre, un 'nueve' puro.

-De todas formas, en el entorno del club existe la sensación de que Webó se acabará marchando.

-Yo todavía no doy a Pierre por perdido. Lo único que espero es lo que le dije a él y a Lorenzo, que se arregle todo pronto. Estoy encantado con él y si puede seguir otro año sería perfecto porque la temporada pasada hizo mucho por nosotros. Si no es así, que haya un traspaso para buscarle un recambio.

-Usted ha sido futbolista. Desde ese punto de vista, ¿entiende lo que hizo Webó en Suecia?

-No se puede hablar de forma general en un tema como este, hay que analizarlo todo. El caso de Pierre es muy complejo y no es el del clásico jugador al que le queda un año de contrato y debes renovarlo o traspasarlo. No quiero entrar en detalles, pero es un asunto que tiene que ver con la antigua propiedad del club y en el que hay aspectos económicos. Al 'Chori, por ejemplo, o a Aouate, Nunes y Martí sólo les queda una temporada. Pero esto es más complicado de lo que parece.

-¿Cuándo habló por última vez con Pierre?

-El día antes de venir a Holanda.

-¿Y qué tal se encontraba?

-Esperando una solución rápida. Por eso me sorprende que estando a final de semana sigamos sin tener noticias. Eso no es bueno. Y no beneficia a nadie. No beneficia sobre todo al equipo, porque tenemos un efectivo menos y tampoco le podemos pedir a Tomer Hemed que juegue todos los partidos de pretemporada. Por supuesto, todo esto también está perjudicando al club y a él mismo porque si no se soluciona, ¿qué hacemos? Insisto, no es bueno para nadie.

-Todas las partes hablan de zanjar el tema cuanto antes pero nadie establece ningún plazo.

-Yo no pienso en fechas, sino en lo que hacemos estos días aquí. Pero cuanto más se alargue, peor para todos. El club tiene a un jugador que es de su propiedad y que no juega. El futbolista, por su parte, también tiene lo suyo. Entrena, sí, pero tampoco está jugando, que es lo que necesita. Si no hay solución, ¿qué pasa? ¿El jugador va a estar un año en blanco? No sería bueno para ninguno.

-Y en ese caso, ¿no cree que sería demasiado problemático tener a Webó en el vestuario todo un año sin poder participar?

-No quiero llegar a eso todavía. Estamos a finales de julio y tengo confianza en que lo que han dicho ambas partes se cumpla porque estamos abierto al diálogo. Si no es así, repito, perderemos todos.

-¿Tiene ya claros cuáles fueron los errores que llevaron al equipo a sufrir tanto la temporada pasada?

-(Silencio) Es difícil de decir porque nadie se deja puntos a propósito y nada nos asegura que cambiando algo en concreto eso pueda evitarse. Está claro que una de las razones es que en el primer tercio de Liga lo hicimos tan bien que quizás todos pensamos que no iba a ser muy difícil. En la pretemporada hablábamos casi de que salvarnos sería un milagro y viendo lo arriba que nos pusimos después nos sorprendimos. Pero, inconscientemente, llega el cansancio final y después es muy difícil cambiar cosas, por eso entramos en una dinámica mala durante el último tercio del campeonato. Además, la presión va en aumento y aparecen también los problemas físicos. Fue una combinación de factores.

-¿Se siente responsable de que el vestuario se relajara demasiado?

-Todos los éramos. El entrenador, por su cargo, es el responsable principal, pero los jugadores son los que juegan y el club es quien construye la plantilla. Nadie se escapa, pero tampoco es cuestión de señalar a nadie con el dedo. Se trata de ver qué se puede mejorar en todos los aspectos y una de ellas es que el equipo se muestre bastante más 'corto', especialmente contra los rivales de nuestra liga. En algunos partidos hicimos el equipo muy largo y si le dejas muchos espacios a un adversario de Primera lo pasas fatal. Los equipos de nuestra capacidad se basan en la organización y nosotros lo hicimos muy mal contra algunos de ellos. Ante el Racing o el Sporting, por ejemplo, no sumamos ningún punto ni marcamos ningún gol. Y ellos nos metieron muchos.

-La afición quedó algo tocada después del final de campeonato anterior, ¿qué mensaje les trasladaría ahora?

-Lo primero de todo es recordarles que aquí se está trabajando para empezar bien, pero hay que ser realistas. Mientras el Mallorca esté en esta situación económica no puede presumir de estar ahí arriba, de competir con el Málaga o el Athletic. Estamos en ese grupo de ocho o nueve equipos del que bajarán tres, no podemos olvidarlo. Si podemos encajar menos goles y tenemos más recursos ofensivos estoy convencido de que sumaremos cinco o seis puntos más y con eso nos pondríamos en cincuenta. Eso supondría estar en mitad de tabla y ganarnos el aplauso. La próxima Liga no será tan loca como la anterior, pero debemos asimilar nuestras limitaciones. No tenemos la necesidad de sufrir hasta el último minuto, pero debemos estar preparados para todo. Cuando tengamos la capacidad de gastarnos cinco o seis millones de euros en reforzar la plantilla se nos podrá exigir más. En cualquier caso, tengo mucha confianza en este equipo.