Gregorio Manzano y el RCD Mallorca se enfrentan en los juzgados de Palma. | Jaume Morey

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El 'caso Manzano' está visto para sentencia. Enfrentado al Mallorca desde que abandonó Son Moix por la puerta de emergencia el pasado verano, el entrenador jienense regresó a Palma para volver a sentarse en un banquillo, aunque esta vez no tuviera nada que ver con el que ocupa habitualmente. El nuevo técnico del Atlético de Madrid había sido citado para declarar en el juicio instado contra él por el club balear y la administración concursal, en el que debía responder acerca de las dos demandas de las que había sido objeto en los últimos meses. Las tres partes expusieron sus argumentos durante las casi tres horas que se extendió la vista, en las que el andaluz alegó que uno de los contratos que supuestamente había rubricado con la entidad isleña es falso. Ahora será la juez Encarnación González, titular del Juzgado de lo Mercantil 2 de Palma, la que tome una decisión al respecto durante las próximas semanas.
La primera de las demandas, interpuesta por la administración concursal del Mallorca, es calcada a la que recibió en su día Nando Pons y exige a Manzano que reintegre 250.000 euros. Lo hace apoyándose en la ley concursal y al entender que va en perjuicio de la masa de acreedores. Según la parte demandante, a la conclusión de la temporada 2008-09 el jienense se aseguró el cobro de una prima de 300.000 euros por clasificar al equipo rojillo en la novena posición del torneo, una cantidad a la que añadió otros 250.000 euros en concepto de primas, que son los que ahora reclama, por alcanzar la permanencia. Principalmente, porque en el contrato que obra en manos del Mallorca se especificaba que únicamente podía percibir una de esas gratificaciones.
En esa dirección y tras la declaración inicial de Juan Barrios, gerente del Mallorca, Gregorio Manzano denunció que el contrato correspondiente a esa temporada que había presentado el Mallorca (firmado por Javier Martí Asensio, que no acudió a declarar) era falso y que tampoco coincidía con la copia del mismo que se encuentra depositada ante la Real Federación Española de Fútbol.
Además, el preparador colchoner fue desgranando las causas que llevaron al expropietario del club, Vicenç Grande, a introducir una serie de modificaciones en su contrato (noviembre de 2008) que tenían como único fin reforzar moralmente al jienense en un momento especialmente delicado del curso en el que el equipo rojillo estaba amenazado por el descenso. Y en su discurso añadió además que se ha enterado de las demandas de reintegración «ahora, después de exigir mis emolumentos de la última temporada, que todavía me deben».
El Mallorca, por su parte, recordó que los últimos contratos que relacionaban al club con Manzano se redactaron en base al acuerdo marco que se estableció en enero de 2008 y que a partir del mismo, se refleja claramente que los dos premios recibidos por el entrenador resultan excluyentes. Sólo en uno de ellos, el correspondiente a noviembre de 2008, se incluyó un anexo modificatorio impulsado por Grande para elevar la debilitada moral del técnico por los malos resultados que estaba cosechando el equipo después de que el verano anterior se traspasaran a sus principales figuras.