El jugador del Almería Miguel Angel "Corona" (i) disputa un balon con el jugador del Real Mallorca Víctor. | Efe

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Almería 3 - 1 Mallorca

Almería: Esteban; Marcelo Silva, Carlos García, Pellerano; Michel (Ortiz Bernal, m. 45), Juanito, Corona, Luna; Juanma Ortiz, Kalu Uche (Leo Ulloa, m. 88) y Piatti (Crusat, m. 67).

Mallorca: Aouate; Cendrós (Pina, m. 74), Nunes, Ramis, Ayoze; Martí (M. Crespi, m. 84), Víctor Casadesús; Nsue, Joao Víctor, Pereira y Webó (Aki, m. 74).

Goles: 1-0, m. 4: Kalu Uche. 2-0, m. 14: Juanma Ortiz. 3-0, m. 31: Piatti. 3-1, m. 41: Webó.

Àrbitro: Pérez Lasa, vasco. Amonestó al local Piatti (m. 61) y Nunes (m.93).

Si alguien dudaba que los jugadores del Mallorca hace tiempo que han echado el cierre a la temporada ayer tuvo la confirmación definitiva. En un ejercicio sonrojante, el equipo de Michael Laudrup cayó goleado ante un Almería ya descendido a Segunda y además cayó con justicia. Ni el temor de no estar salvados matemáticamente sirvió de motivación para un equipo sin fe, sin garra, sin ganas de jugar, sin ganas de ganar. Sin nada.

Hay cosas incomprensibles y lo que ha hecho el Mallorca en esta recta final de temporada lo es. Los de Laudrup han sacado a relucir todas sus carencias y ahora tiene que esperar a la última jornada para conocer si estará o no en Primera la próxima temporada. Así de cruel, así de real. Y por desgracia, así de merecido. Cuando juegas con fuego te quemas y el Mallorca está que arde.

Un baño

Robarte Olabe dio un baño a Laudrup y los futbolistas del Almería sencillamente sacaron los colores a los baleares. El primer disparo a puerta más o menos con intención del Mallorca fue a los 36 minutos de gol, antes de eso, el Almería había marcado ya tres goles. ¿Quién era el equipo de Primera?

El conjunto rojiblanco armó un centro del campo muy nutrido con Luna Michel, Juanito, Pellegrano y Juanma Ortiz y Piatti que enlazaban en la media punta con Uche. El resultado fue claro, el equipo local tuvo superioridad numérica en la zona ancha y ni el Mallorca ni su entrenador fueron capaces de dar con la solución para, al menos, neutralizar las embestidas del equipo de Segunda. A eso hay que añadir que los baleares salieron otra vez con la somnolencia habitual, como si el partido no fuera con ellos, sencillamente ni estaban ni se les esperaba. Y eso lo aprovechó pronto el Almería que se dio cuenta pronto que la defensa balear era una verdadera madre. Un error garrafal de Joao Victor, que se dejó robar el balón al tratar de cubrirlo esperando que saliera fuera, acabó con un pase de la muerte perfecto de Piatti a los pies de Uche, que sólo tuvo que rematar. No hubo reacción. Ninguna. Los de Laudrup desaparecieron por completo y eran incapaces de neutralizar a las bandas rivales, que con Piatti y Juanma Ortiz eran muy superiores a Cendrós y Ayoze. Y lo aprovecharon. Si el primer descosido llegó por la izquierda, el segundo fue por la derecha. Juanma Ortiz remató un certero centro de Michel, que encontró una autopista por su carril. Era para echarse a reír o a llorar. El Mallorca seguía jugando con fuego, pero parecía importarle poco o nada. El equipo rojillo continuaba en estado permanente de atontamiento. Como cuando te deja la novia. Igual. Piatti volvió a aprovecharlo y anotó el tercer tanto en este caso superando a Aouate en un tiro de banda. Si todos los rivales que han pasado por Almería hubieran dado las facilidades que dio el equipo balear, los andaluces no estarían en Segunda, pero tampoco el Mallorca en Primera.

Único gol

Al final del primer tiempo apareció Pereira, que en una jugada personal, sirvió a Webó para que a placer acortara distancias. Tres a uno y descanso. Por si todo esto no era suficiente, el Zaragoza marcaba a los diez minutos de la reanudación y metía el miedo en el cuerpo. Es lo que pasa cuando juegas a la ruleta rusa. A partir de ahí la situación empezó a equlibrarse y los isleños se vistieron de equipo de fútbol. Es habitual que el Mallorca empiece a jugar muy tarde, a veces llega a tiempo y...a veces no. Emilio Nsue tuvo dos balones de gol a los trece minutos, pero se topó con un incontestable Esteban.

Laudrup dio entrada a Aki, Pina y Martí Crespí, pero la función no varió. Un cabezazo de Nunes y alguna carrera de Nsue, pero nada más. Ni ideas, ni motivación, ni respuesta ante los problemas. El Mallorca no dio más noticias que el sonrojante resultado. Sufrir por sufrir, mejor hacerlo hasta el final. Es lo que han debido pensar los futbolitas del Mallorca que lejos de dar por cerrada la temporada, se encuentran ahora vísperas a una semana de números, de tensión y de incertidumbre. Si se este equipo fuera una persona metida en arenas movedizas, el lodo llega al pecho y de ahí a taparte la cabeza, sólo hay unos centímetros. La misma distancia que le separa de los puestos de descenso. Así de triste.