Aouate, con máscara protectora. | FOTO MONSERRAT

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A dos jornadas para cerrar la persiana y archivar el curso, el Mallorca todavía anda buscando la tranquilidad absoluta. Los de Michael Laudrup, algo más reforzados tras los resultados que ha arrojado la Liga esta semana, cogerán hoy el último avión de la temporada con la obsesión de protegerse matemáticamente de esa pequeña rendija que aún podría precipitar su descenso. Y es que, a diferencia de otros rivales, el conjunto balear tiene a los números de su parte. Está en sus manos.

El Mallorca lleva más de dos meses peleado con la victoria como foráneo. Desde que clavó su bandera en Cornellà, a principios de marzo, no ha podido ilustrar sus estadísticas con ninguna otra alegría en campo contrario y los puntos recogidos en Valencia (Levante) y Alicante (Hércules) representan su mayor recompensa lejos de Palma. En este caso, al cuadro bermellón tampoco le hace falta para ponerse a salvo del todo. Eso sí, en caso de no conseguir el triunfo en los Juegos Mediterráneos habría que mirar a otros estadios para saber la situación en la que queda exactamente y si la salvación es un hecho o continúa sobre la repisa, a la espera de que se le haga el último nudo.

Desplazamiento

La expedición rojinegra partirá esta mañana hacia Almería para completar un largo viaje (se desplazará hasta Granada y desde ahí hasta la capital almeriense por carretera) y lo hará con su mejor cara posible. Laudrup, que acabará de definir sus planes de cara al partido durante el entrenamiento que llevará a cabo por la tarde en el recinto anexo al escenario del duelo de mañana. El entrenador danés se lleva a tierras andaluzas a diecinueve futbolistas, entre los que destaca Dudu Aouate. El meta israelí, ausente en las dos últimas citas después de ser intervenido en el arco derecho de la cara, está listo para reaparecer bajo el larguero, aunque lo hará con un casco especial, muy similar al que luce Peter Cech, portero del Chelsea. En el capítulo de bajas, en cambio, se mantiene la de Sergio Tejera, lesionado, y Castro, que también se perdió la batalla ante el Hércules por problemas físicos. De esta forma, es bastante probable que Laudrup calque la alineación con la que se presentó ante el Hércules, con el único cambio del que se produciría en la portería. La única duda en esa dirección reside en saber por quién apostará para ocupar el lateral derecho, ya que disputó un tiempo con Pau Cendrós y el siguiente con el brasileño Joao Victor. El Almería, por su parte, descorcha el fin de semana con el propósito de despedirse de su afición con una victoria. Para ellos se trata del último encuentro en casa de la temporada, ya que los rojiblancos le dirán adiós a la Primera División la próxima semana en el Santiago Bernabéu. Pese al descenso, la plantilla almeriense ha seguido adelante con su preparación y está dispuesta a sumar los tres puntos para marcharse con una sonrisa. Son conscientes de que, a efectos de clasificación, el triunfo servirá de más bien poco, pero van a intentar asear su imagen y reforzar la autoestima de una formación que no gana desde que lo hiciera en Alicante el pasado 6 de marzo.

Alicientes

Roberto Olabe, entrenador del Almería, lleva días diseñando una serie de entrenamientos especiales con la intención de elevar el ánimo de la plantilla de cara a este final de curso. En la sesión de ayer no participaba el camerunés Modeste M'bami, que ha recaido de sus molestias en los isquiotibiales y que parece poco probable que se mida al Mallorca. Su baja se uniría a la ya confirmada de Hernán Bernardello, que cumplirá sanción por acumulación de amonestaciones. Por el contrario, el técnico de los rojiblancos recupera a Crusat, tras su suspensión.

Además, Fabián Vargas no acababa el entrenamiento. Desde que los andaluces visitaron Getafe arrastra un hematoma en su pie derecho, y aunque ha ido evolucionando de manera positiva, todavía tiene algunas molestias. En cualquier caso, ayer decidieron no forzarle y todo hace indicar que hoy sí trabajará con el el grupo en la sesión.